Existe en tonos amarillos o naranjos intensos, en ambientes silvestres y muy fáciles de encontrar, no sólo en su forma natural, si no que también en cremas, aceites y variedad de productos. Hablamos de la caléndula, flor que posee un montón de beneficios ideales para aprovechar en verano.
Por ejemplo, si sufres de las típicas y molestas rozaduras en los muslos, un poco de crema de caléndula mantendrá tus piernas hidratadas ayudando a que tus muslos resbalen entre sí y no choquen.
También si sufres de pies y manos partidas causado por el uso de sandalias, piscinas y el sol, un poco de esta crema o una infusión preparada con la flor sobre tus talones o manos tendrá un efecto cicatrizante, reparador y suavizante. Además puede ayudarte para evitar la resequedad en los labios y el acné.
Si eres mamá, la caléndula podría resultar perfecta para aliviar las irritaciones de los bebés causada por el uso de los pañales especialmente en la época de verano, mediante la aplicación de cremas, infusiones o el uso de toallitas húmedas fabricadas en base a esta planta.
Para quienes tienen un ciclo menstrual irregular o sufren de amenorrea, esta flor es rica en flavonoides, componente que reparan y mejoran la circulación sanguínea, ayudando a normalizar el periodo. También su aceite esencial ayuda a mejorar las algunos tipos de infecciones vaginales.
Finalmente, te contamos que esta flor es excelente para combatir hongos, como el conocido pie de atleta o la micosis de la piel, es tan simple como untar un algodón en té de caléndula y aplicarlo sobre la zona afectada.
Es importante conocer los beneficios que podemos encontrar en la naturaleza y usarlos a nuestro favor, pero siempre debemos consultar con un especialista ya que no todos los tipos de piel son iguales ni reaccionan de la misma manera a los diferentes tratamientos.