Mariposas en el estómago, miedos y ansiedad tienen un mismo responsable

Por Sole Hott @solehott | Jueves, 24 de Noviembre de 2016
Mariposas en el estómago, miedos y ansiedad tienen un mismo responsable

Se suele hablar mucho acerca de la relación que existe entre cuerpo, mente y alma, y sobre la importancia de mantenerla en equilibrio. Pero, ¿alguna vez te preguntaste si había un órgano físico encargado de mantener dicha relación? La verdad es que sí, existe. El responsable es el psoas, al que expertos también denominan "el músculo del alma".

"Es uno de los más importantes de cuerpo, ya que es un potente estabilizador de la zona lumbar y participa en la flexión de la cadera. Por otra parte, es de transición de cargas desde la columna a las piernas, siendo el único músculo que une ambas zonas", explica la kinesióloga especialista en musculo-esquelética, María Fernanda Castillo.

En otras palabras, afecta a la movilidad, el equilibrio estructural, la función articular y la flexibilidad, entre otras. Sin embargo, según investigaciones, es vital también para nuestro bienestar psicológico. Para Liz Koch, autora de El libro del psoas, este es más que solo un músculo estabilizador del core, es un órgano de percepción "que encarna, literalmente, nuestro impulso más profundo para la supervivencia y, más profundamente, nuestro deseo elemental para crecer".

El psoas está conectado con una gran cantidad de procesos, entre ellos las conocidas "mariposas en el estómago". La razón de estas tiene directa relación con la ubicación del psoas, ya que se extiende desde las piernas hasta la columna vertebral y está conectado con el diafragma, el cual modula la respiración. "El psoas es un músculo que tiene fibras en común con el diafragma. Por lo tanto, cualquier estrés que altere nuestro patrón respiratorio va a afectar la función del psoas, y viceversa. Cualquier alteración de esté músculo afectará al diafragma, generando patrones erróneos de respiración los cuales controlan estados anímicos y energéticos, ya que la respiración es la base de nuestro ritmo de vida", explica María Fernanda.

Por esta razón, también se le dice que es un portavoz de emociones y es que influye hasta en el miedo y ataques de ansiedad. Una emoción fuerte puede ser bloqueada por el cuerpo, provocando tensión física y emocional que solo se liberará al restaurar el equilibrio del psoas. Su efecto puede llegar a ser tan profundo que afecta incluso temores existenciales, y que una vez se liberan, mejoran nuestro bienestar. El resultado es paz interior y menos dolor muscular.

Entonces, si llevamos una rutina intensa a diario, el psoas se mantiene en un estado constante de lucha y huida, afectándonos de manera física y psicológica. Liz Koch dice en su libro: "Si usted sufre de dolor de espalda o de ansiedad, de dolor de rodilla o agotamiento, hay una buena posibilidad de que la contracción de su psoas pueda estar contribuyendo a sus problemas". Y es que se puede llegar a sufrir de problemas digestivos por un psoas crónicamente estresado, así como también de fuerte dolores menstruales, entre otros.

Definitivamente, es más que solo un músculo y hasta el cómo tratamos a las personas, nuestras relaciones y los niveles de satisfacción en la vida se pueden ver afectadas por él. "Mantener un psoas equilibrado permite mantener muchos ámbitos de la vida equilibrados, ya que afecta a la respiración o a mantener esta postura de huida, o protección, que a la larga traerán problemas de compresión. Por lo tanto es tan amplio lo que abarca el psoas, que mantenerlo sano también ayudará a mantenernos mentalmente más sanos y consistentes", agrega María Fernanda.

Un psoas liberado revitaliza la energía y te conecta con el presente. Por el contrario, si se estresa, se acorta y se endurece, ahí es donde aparecen los miedos y la ansiedad. Esta situación empeora con nuestro simple entorno: asientos de los autos, ropa ajustada, sillas, zapatos, etc. Finalmente todo está conectado.

Entonces, mente sana en spoas sano. Por lo mismo, es muy importante realizar ciertos ejercicios para evitar que se estrese y liberar la tensión innecesaria. La kinesióloga María Fernanda recomienda elongación por más de 30 segundos dos veces al día, en especial si pasas muchas horas sentada. Por otro lado, mantener niveles de vida más conscientes del estrés que te permitan despojarte de la postura de compresión o de protección. El yoga también es una excelente opción para mantener este músculo en equilibrio.

El psoas es un tejido blando que, a primera vista, solo parece ser un músculo más, pero no es el más profundo solo porque sí. Es el músculo del alma porque guarda relación con nuestros procesos más internos que se reflejan al exterior.

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