[COLUMNA] Mariana Martínez: El vino bajo fuego

Las noticias de la última semana son desoladoras, vemos en la pantalla imágenes de bosques atacados por las llamas, vemos la fuerza del fuego alentado por el viento. Vemos con alegría el Supertank volando el cielo, pero cuando miramos para abajo nos damos cuenta que el daño es irreparable. Casas, campos, animales, viñedos, destruidos por las cenizas.

Las áreas más afectadas de Maule son viñedos de pequeños productores, que no tienen seguros comprometidos, ni segundas casas de veraneo. Son campesinos que viven al lado de sus viñedos, que viven de sus bosques y de sus animales. Son los que nos conectan con nuestra esencia, con lo que un día fuimos y que hizo al vino vino, compañero del alimento que ese mismo campo daba.

Si bien las pérdidas totales aún no pueden cuantificarse (aunque se habla de 47 hectáreas de viñedos afectados de un total de 141.000), los incendios no dan tregua todavía. Lo que más lloran haber perdido estos pequeños grandes son sus parras viejas de más de cien años, las que cuidan como a niños chicos, porque quedan pocas, porque son nuestro legado. Cuando pasan estas cosas pienso en cuánto glamour hay delante de una copa de vino, pero cuánto sacrificio hay detrás.

El calor de estos últimos días va a afectar la cosecha entera, la 2017. ¿Cómo? Aún no lo sabemos. Pero seguro la recordaremos como el año del fuego y de seguro la recordaremos en la copa porque ahí estarán las notas de humo y cenizas que se están pegando a las uvas. De eso, en el fondo, se trata el vino. De años buenos, malos, reglares, extraordinarios, como la vida misma.

Sé que hay muchas necesidades y que son muchos los que necesitan ayuda, pero si te gusta el vino y quieres ayudar a estos pequeños grandes ya hay varias instancias para ayudar a que puedan volver a pararse y seguir haciendo lo que muchos ya no quieren hacer; porque es sacrificado, porque es duro, porque nunca sabes cuando la naturaleza te va volver a poner a prueba.

El lunes en Les Dix Vins (Av. Vitacura 2935) estarán haciendo una cata con los vinos de viñas afectadas y el 2 de febrero en Plaza Camilo Mori del Barrio Bellavista habrá #BarraSolidaria desde las 5PM para recaudar fondos. La Escuela de Sommeliers de Chile (Managua 2169, Ñuñoa, entre 9:00 a 13:30 y 15:30 a 18:30) también está recibiendo para donar agua, gotas para los ojos, mascarillas desechables y guantes de trabajo. #vamosxelvino.