[COLUMNA] Carolina Gutiérrez: Benedict Cumberbatch es un genio

Por Carolina Gutiérrez M. @carolinagutierr | Sabado, 3 de Diciembre de 2016
[COLUMNA] Carolina Gutiérrez: Benedict Cumberbatch es un genio

Así como las cintas de terror no me gustan, o las de ciencia ficción no me llaman tanto la atención, con los súper héroes me pasa algo que se mueve entre el amor-odio.

Obvio que reconozco haber soñado con volar en los brazos de Superman o amanecer en la cama de Tony Stark y no recordar nada de la noche anterior. Tampoco desecharía una vuelta en el batimóvil por ciudad gótica, pero hasta ahí la cosa de los súper poderes venidos de la herencia genética o adquiridos con millones de dólares no han escalado en el top ten de mi listado de preferencias cinematográficas.

Pero algo me pasó con Dr. Strange: Hechicero Supremo (en cartelera) la nueva incorporación de uno de los personajes de las historietas del universo Marvel. Antes de ahondar en reflexiones, la haré corta: véanla ojalá en una pantalla bien grande como Imax y disfruten de los efectos especiales y todas esas cosas que hoy la industria cinematográfica logra hacer parecer tan reales como delirantes.

Pero les voy a pedir que más allá del asombro por la espectacularidad de la cinta, pongan foco en Benedict Cumberbatch, este actor de 40 años nacido en Londres en 1976. La primera vez que lo vi fue interpretando la vida de Stephen Hawking para una serie de televisión, a partir de entonces no le perdí la pista, luego vendrían:SherlockThe Imitation Game, Star Trek, Black Mass o El quinto poder, por nombrar solo algunas antecesoras de Doctor Strange, donde una vez más se luce.

Sin manejar ningún antecedente sobre el personaje y entrando a la sala con el suspiro del fan, me encontré con un personaje arrogante, todo poderoso, inimaginablemente guapo, millonario y un muy reconocido neurocirujano: El Dr. Stephen Strange a quién no le importa mucho salvar una vida, si no demostrar que él es el único que realmente puede hacerlo. Pero su ego será puesto a prueba por el destino. Ese que muchas veces nos recuerda de un solo porrazo lo frágil que puede ser la vida.

Y aquí el vuelco de la película nos lleva a otra dimensión, a esa que poco son capaces de darse el tiempo para descubrir. Mi maestra de Yoga dice que una de las virtudes de la práctica es que nos permite explorar y profundizar hasta lugares donde nunca hemos llegado, por el simple hecho de conformarnos con lo que tenemos, con la respuesta que nos dan y no ahondar en nada más.

Stephen Strange aterriza de golpe en ese lugar que nunca había habitado, la humildad y la fragilidad al que lo enfrenta una prueba de vida. Desde ahí y negándose a aceptar su nueva condición comienza un viaje místico, mágico y sobrenatural de la mano de una mujer que asume la formación del nuevo y futuro Doctor Strange.

Así como uno se detiene, respira y siente como su cuerpo responde a la práctica diaria lo más disfrutable de la película (a parte del goce de ver a Benedict Cumberbatch) es entender que las leyes de la naturaleza o del universo se "quiebran" simplemente para que detengamos la máquina que acelera nuestra vida moderna y nos deje explorar en el mundo astral, de donde seguramente surgirán momentos he imágenes inolvidables. Donde la gente buena se pueda definir desde el mundo espiritual para luchar contra todo.

Los invito a ver esta cinta más allá del espectáculo, hacer un alto en sus vidas y revisar cuantos lugares de su cuerpo físico y orgánico aún falta por explorar. La magia está ahí.

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