[COLUMNA] María José Figueroa: Las mil caras de Violeta Parra

Por María José Figueroa | Sabado, 14 de Enero de 2017
[COLUMNA] María José Figueroa: Las mil caras de Violeta Parra

Hasta el 4 de octubre del 2017 se celebrará, con más de 300 actividades, el centenario del nacimiento de la artista más completa que Chile ha tenido. Una conmemoración que comenzó el 4 de octubre del 2016.

Cantora, compositora, recopiladora del folklor chileno, artista visual y escultora, Violeta Parra se desbordaba en su propia creación, generando lenguajes y rescatando lo nuestro. Esta última labor es la más valorada ahora, ya que de no ser por ella (y tantos otros), el folklor del siglo XIX y principios del XX hubiese muerto en el triste rincón del olvido. En homenaje a esta tremenda artista, la editorial de la Universidad de Valparaíso ha recopilado parte de su obra en Violeta Parra. Poesía, donde la canción no solo se escucha, también se lee.

Esta publicación de hermosa factura repasa parte del cancionero, poemas y composiciones inéditas. El texto contiene décimas, centécimas, refalosas, marzucas, cuecas, valses y hasta cartas que ella envió en verso a su hermano Nicanor y a otros miembros de su familia. En sus páginas se puede observar una vida que se vivió al ciento por ciento, intensidad que terminó en 1967 empobrecida en su carpa de La Reina. La primera chilena en exponer en el Louvre se merecía mucho más que eso...


Violeta Parra nos lleva a descubrir algo que pocos artistas son capaces de inspirar: la humildad, la simpleza y lo grandioso del diario vivir. Casi como una poeta zen, rescata la maravilla del fuego del horno y de la sombra de las pataguas, invitándonos a admirar la tremenda grandeza que nos rodea. Así como habla de lo sencillo, también se dedica a lo complejo, con creaciones que hacen duras críticas sociales o que narran los pasajes más crudos de su vida, como la muerte de su hija Rosita Clara. "Mas se desojó la rosa; muy triste quedó la planta, así como la que canta su pena más dolorosa".

La inclusión íntegra de sus Décimas autobiográficas nos abren su mundo campesino y las dificultades que vivió, así como en las cartas en verso se revelan sus penas en el extranjero, a pesar de sus triunfos profesionales. El libro cuenta con poemas escogidos, donde se encuentran clásicos como Volver a los 17 y Gracias a la vida, este último en dos versiones, original y final. Un capítulo que pudo haber sido más extenso es el que expone las canciones que Violeta rescató del campo chileno, a lo que se dedicó entre 1953 y 1959, y que para ella era lo más importante. De ahí salieron clásico populares como La Petaquita y Casamiento de negros.

Violeta era una poeta poderosa, decidida y de una altura muy superior, haciendo esta columna demasiado corta para describirla. Violeta Parra. Poesía es una invitación valiente, ya que acercarse a sus composiciones es mirar directamente a la identidad chilena que tanto hemos negado. Solo leyendo, solo escuchando atentamente, podemos llegar a la poeta que le canta al hombre "En su dolor, en su miseria y su sudor y en su motivo de existir".

Foto: She Shreds Magazine

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