[COLUMNA] Carolina Gutiérrez: Justin Bieber, ¡cómo has crecido, niño!

Recuerdo esa frase que cada verano decía mi tía Juana cuando con mi mamá llegábamos a pasar las vacaciones al campo: "pero cómo has crecido, niña", y ahí estaba yo parada con mi cara de púber esbozando una sonrisa para esperar la explicación de mi madre: "pero si ya va para los 15". Pienso en eso y recuerdo mis ganas de salir arrancando o de que se abriera la tierra y me tragara. Horror.

Ahora no solo pienso en esa frase, sino que la pongo en práctica como mi tía. Es que acaso no hay otra palabra que transmita el asombro de ver frente a nuestros ojos que el 'cabro chico' de un verano a otro ya es todo un hombrecito.

Eso me ha pasado con Justin Bieber -les guste o no-, pero estoy segura de que nadie ha quedado indiferente a su evolución artística y, mucho menos, a como lo hemos visto crecer frente a nuestros propios ojos.

De ese niño que sabía bailar y cantar como mostraban sus videos en YouTube al ídolo adolescente. Luego al joven rebelde y al adulto de hoy. Adulto porque a los 22 años ya eres un hombre, o al menos ante la sociedad civil ya debes responder a eso.


Ver crecer a Bieber es como ver crecer a un hijo (carnet al suelo). Digo esto porque el camino a la adultez pasa por la rebeldía adolescente, los cambios hormonales y físicos, los primeros amores y esa constante búsqueda de la identidad. Todo eso lo hemos vivido junto a Justin Bieber, porque él se ha encargado de mostrarnos cada uno de sus pasos, ya sea en las portadas de diarios y revistas, campañas publicitarias y en sus propias redes sociales. De esta manera, hemos sido testigos de sus líos con la policía y sus fans, cada tatuaje nuevo o los cambios de color y largo de pelo y abdominales tonificados. Las malas juntas y también las buenas.

Todo sumado a una carrera artística que, contra todo pronóstico inicial, ha demostrado que su talento es real y consistente. Así lo avalan las cifras en ventas y la cantidad de reconocimientos a su trabajo. Sin más, Bieber encabeza la lista de nominaciones a los premios Grammy 2017 entre ellas mejor Álbum del año (Purpose), Canción del año (Love Yourself), Mejor Álbum Vocal Pop (Purpose), Mejor performance en solitario pop (Love Yourself).

En poco más de una década, el niño de "chasquilla" se ha convertido en una estrella planetaria que llena estadios y sigue provocando el delirio de sus fans, las mismas que han crecido con él y junto a él, las que siguen acampando fuera de los hoteles donde se hospeda, se tatúan su nombre o imitan su estilo.

En Chile, su legión ha demostrado fidelidad a toda prueba. A cuatro meses de su tercera visita a nuestro país (estuvo en 2011 y luego en 2013) fijada para el 23 de marzo próximo, las entradas para estar lo más cerca posible del escenario del Estadio Nacional -las más caras- Pit J y Pit B de $322.000, Vip Top $258.750, Vip Platinum $207.000 y Golden $172.500 ya están agotadas.

Esta vez el cantante canadiense trae su última gira Purpose World Tour, donde presenta su nuevo disco Purpose (superventas del 2015) un show de nivel que dejará de se ser protagonizado por el coro de Baby...baby... para dar paso a canciones como Sorry, What do you mean? o Love yourself, sus últimos éxitos.

Punto aparte es entender que los verdaderos "Beliebers" ya no usan frenillos ni van acompañados de sus padres a los conciertos, y lo más probable es que el canadiense ya no necesite reunirse con la prensa como en su primera visita, pero si decide hacerlo (uno nunca sabe), espero no cometer ese horror de exclamar ¡Cómo has crecido, niño!