¿Ventana o pasillo? Lo que tu respuesta revela sobre tu personalidad

Si tuviésemos que dividir a las personas en dos grandes grupos -y que no fuera por sexo-, definitivamente podríamos hacer por quiénes eligen ventana y aquellos que eligen pasillo. Una pregunta simple a primera vista, pero que significa una gran diferencia a la hora de subirse al avión. 

Y según los expertos de la psicología, este pequeño detalle tiene grandes implicaciones a nivel personal y revela mucho de cada ser humano. De hecho, en el diario biritánico The Thelegraph la psicóloga Becky Spelman asegura que a los pasajeros que prefieren la ventana les gusta tener el control de las cosas y guardan una actitud de "sálvese quien pueda" ante la vida, además de ser más irritables. 

Otra característica de aquellos que optan por asientos junto a la venta, es que son más aegoístas, menos ansiosos y son viajeros más frecuentes por lo que tienen la confianza para molestar a otros, por ejemplo, a la hora de levantarse al baño. Además, forman su propia burbruja acurrucándose en ese espacio. 

Ahora bien, esto también habla de personas más tímidas e introvertidas, que prefieren dormir o distraerse con el paisaje, según revela el sitio Traveler.es. "Disfruta del trayecto estando a solas, de su música, su libro, sus redes sociales en las que quizá comparta imágenes que ve a través de la ventana", explicó la psicóloga Begoña Albalat al medio online. 

Además, los expertos aseguran que es el lugar ideal para quienes deben ir trabajando, ya que nadie lo interrumpe ni los distrae. 

Por su parte, quienes prefieren el pasillo suelen ser, según los psicológos, personas más sociables y receptivas, viajeros más inquietos y a quienes les gusta dormir menos. Es más, aseguran que son más extrovertidas y prefieren obvservar e interactuar que dormir. Y la psicológoca española especifica que para ellos "el vuelo ya forma parte del viaje, no es un mero medio de transporte". 

Ventana o pasillo, pero ¿qué pasa con quienes se sientan al medio?

Hay que ser honestos, nadie elige por iniciativa propia este asiento. Y el psicólogo Brian Little explica al New York Post que en este lugar van definitivamente personas extrovertidas. Y según la Universidad de Washington, se trata de viajeros más maduros. "Si no te molesta estar sentado al medio, especialmente en un vuelo largo, es que has llevado a cabo un ejercicio de aceptación y voluntad para entender que las cosas son como son", concluye.

Y es que son capaces de renunciar a la privacidad y autonomía de estar en uno de los extremos. Y se trata también de personas consideradas, ya que, por lo general, cuando van acompañadas le ceden el asiento de la ventana o el pasillo al otro. Pero hay quienes señalan se trata del débil, que termina sentado ahí porque no es capaz de tomar la decisión e imponerse sobre el resto. 

Y tú, ¿Dónde prefieres sentarte?