Las 5 razones por las que admiramos a Jennifer López

Por Javi Pacull @javipacull | Lunes, 24 de Julio de 2017
Las 5 razones por las que admiramos a Jennifer López

La cantante de origen puertorriqueño que nos ha hecho cantar y bailar con sus pegajosas canciones celebra hoy sus 48 años. Linda y radiante como siempre la hemos visto. Y es que el tiempo no pasa por JLo porque siempre tiene el poder de sorprendernos ya sea con sus espectáculos o sus sexys atuendos.

Para festejarla, en M360 confesamos las cinco razones por las que Jennifer es una de nuestras celebridades favoritas. ¿Te sumas a alguna?


Es multifacética

JLo es mucho más que una cantante que suena en discoteques. La carrera que ha hecho esta celebridad es mucho más generosa que eso. Su talento le ha permitido desarrollarse como actriz, bailarina, compositora, productora discográfica, diseñadora de moda, empresaria y productora de TV y en cada una de esas áreas con gran éxito.

Por su inteligencia

La cantante ha tenido una gran habilidad para elevar su carrera musical hasta las nubes sin tener una gran voz. Ella ha sabido potenciar sus destrezas como por ejemplo el baile, para transformarse en una verdadera show woman.

Es “seca” en las comedias románticas

En su rol de actriz, Jennifer nos ha regalado excelentes momentos cinematográficos. ¿Quién de nosotras no ha disfrutado un domingo en la tarde con películas con ella de protagonista? Imposible olvidar films como The wedding planner, What to Expect When You're Expecting, Selena, y tantas otras.

Sabe mantener su cuerpo 

A los 48 años, esta mujer sigue siendo una bomba sexy. Durante años su parte trasera ha sido la debilidad de muchos y de muchas y la verdad es que el paso de los años, ni los gemelos que tuvo, han afectado en nada su curvilínea y tonificada figura.

Es una mujer osada

Si de llamar la atención se trata, JLo sabe cómo hacerlo. A la hora de vestir la cantante sabe que su poder está en la sensualidad y no teme llevarla al límite. En todas las alfombras rojas a las que asiste es capaz de sorprendernos con un infartante escote. 

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