[COLUMNA] Constanza Del Rosario: La mejor defensa ¿es un buen ataque?

Por Constanza Del Rosario @ConsdelRosario | Miércoles, 3 de Mayo de 2017
[COLUMNA] Constanza Del Rosario: La mejor defensa ¿es un buen ataque?

Muchas parejas acuden a terapia esperando que como terapeuta uno los ayude a comunicarse entre ellos, ya que esto se ha vuelto un imposible. ¿La causa? Uno o ambos integrantes de la pareja están en constante guardia para contraatacar. Guiados por el lema "un buen ataque es la mejor defensa" han dejado de escuchar con el objetivo de entender y su escucha se limita a detectar de qué se tienen defender.

Como en el siguiente ejemplo:

Ella: El fin de semana nos enfrascamos nuevamente en una pelea...yo sólo le comenté que me parecía que una de las cortinas nuevas había quedado chueca y él me empezó a atacar, sacando un listado de cosas que no venían al caso.

Él: Yo solo me defendí, en vez de agradecerme por colocar las cortinas, me critica por todo ¡Se cree perfecta! Y no es así y se lo hice ver.

Ella: ¿Cuántas veces él me ha hecho un comentario como ese y no me pongo como una fiera? El problema es que a él no se le puede decir nada sin que se lo tome mal. ¡Es tan sensible y exagerado! Por eso, cada día tengo menos ganas de hablarle.

Él: ¡Ves que critica eres! El problema es que eres una perfeccionista malagradecida. La próxima vez que quieras hacer un cambio en la casa ¡no cuentes conmigo! Así no tenemos problemas.

Como en el caso expuesto, son muchos los que han experimentado el que su nido de amor se transforme en trinchera y -en el peor de los casos- luego derive en una guerra fría (cuando ya cansados de bombardear y ser bombardeados por el otro, deciden alejarse y optar por no comunicar, como última estrategia para "salvar" la relación, aunque irónicamente la condene).

Este paso del nido de amor, a la trinchera y a la guerra fría, ocurre en la medida que la cotidianidad se va impregnado de una dinámica pesimista en la cual los pensamientos negativos sobre el otro sobrepasan y ahogan a los positivos, interfiriendo e imposibilitando la comunicación, ya que "todo lo que se diga, no diga, haga o no haga, puede ser utilizado en su contra".

Y la pregunta de muchos es ¿que nos pasó?

Ya sea porque el paso del tiempo aumenta el conocimiento mutuo y disminuye la idealización, que tengamos el mal hábito de dar por obvio lo bueno y de corregir en el otro lo que no nos agrada o porque hayamos "quedado marcados" por circunstancias específicas que sientan un precedente y tiñen desde entonces la relación. Lo que a las parejas les suele pasar tiene un triple común denominador.

1- Dejan de usar los lentes del amor, que los enfocaban a percibir lo que les agradaba de su pareja y que les permite pensar de está solo lo mejor y comienzan a usar los de la enemistad, centrando su atención en lo negativo e interpretando cado movimiento del otro como un ataque o una falta de consideración.

2- Dejan de utilizar el pensamiento empático y de sentirse responsables del bienestar del nosotros, adoptando el rol de victimas y culpando a la pareja de hacerles sentir, pensar o actuar de tal o cual manera.

3- Como han llegado a la conclusión de que "el problema no soy yo, eres tú" se limitan a tratar de hacerse escuchar y defenderse como un frontón. Digo fronto, porque contestan tan rápido como reciben, sin mediar mucha reflexión.

Conclusión, en el momento que uno cree que ser entendido es el pre-requisito para esforzarse en entender a la pareja y adoptamos una actitud defensiva y poco receptiva, inevitablemente está cambiando su nido de amor por una trinchera. Ya que quien haya creado la frase "un buen ataque es la mejor defensa" probablemente sabía mucho de guerra y competición, pero muy poco de amor y de comunicación.

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