[COLUMNA] Karen Uribarri: El 'tickling' y cómo generar felicidad sexual

Es el término de moda porque reúne el sexo con la risa, dos placeres que no sólo nos entregan felicidad, sino que además nos ayudan a ser más creativas y saludables.

Tickling es una técnica en la que se usa cosquillas eróticas, las que acompañan el camino al orgasmo de una manera diferente.

Lo que ocurre es que las cosquillitas producen endorfinas y estas estimulan las áreas del cerebro relacionadas al disfrute y el deseo. Un mix poderoso.

Pero, ¿Cómo se lleva a cabo?

Lo primero es que se reconozcan las distintas zonas de su piel y busquen espacios nuevos en los que sientan cosas ricas. Entonces, son bienvenidos los talones, los pezones, el cuello, la curva del cuerpo, la cara interna de los muslos, la curva del glúteo...

Y una vez que ya saben qué partes son más sensibles en el otro, comiencen a jugar realizándose las clásicas cosquillas con los dedos, o bien con la yema de éstos suavemente, casi rozando para provocar la cosquilla o, mejor aún, jueguen a recorrer el cuerpo con plumas.

Si añades este accesorio al encuentro, te recomiendo que además se vende los ojos el que va a recibir las caricias. Esto aumentará la intensidad de las sensaciones.

La idea es sacar tus encuentros sexuales de lo habitual y probar algo distinto. Y es que existen muestras científicas de que las cosquillas eróticas funcionan, claro que las hay. Entonces sólo queda animarse a realizar una práctica sexual distinta y que los sintonice como pareja, pero que además aumente las sensaciones ricas en TODO el cuerpo. Que disfruten.