[COLUMNA] Carmen Castillo: Tu postura, tus resultados

Por Carmen Castillo @carmentuitera | Jueves, 20 de Abril de 2017
[COLUMNA] Carmen Castillo: Tu postura, tus resultados

La postura de cómo nos mostramos frente a la vida es importante a la hora de hablar sobre el amor propio. Es que esta nos puede empequeñecer o engrandecer en cuestión de segundos.

Todo comunica, y no creo que necesite decirlo un experto para que veas que esto. ¡Sí, es importante! Y una buena pregunta que nos podríamos hacer es ¿Qué estoy comunicando?

Y aunque no lo creas, mucho de nuestros juicios o juicios de otros se basan en nuestra primera postura. Y la mayoría de estos juicios pueden condicionar resultados finales en lo que estamos buscando. Por eso te vuelvo a preguntar: ¿Qué estás comunicando?

Te doy un ejemplo. Una vez fui a un casting para representar a una marca en un evento. Cuando llegué no estaba como estoy ahora, me preocupada mucho menos de mi físico, pero sigo manteniendo la misma postura que tengo ahora. ¿Me iba a comer el mundo? Sí, eso nunca ha cambiado, pero me di cuenta que el resto de las postulantes, literal, eran 90-60-90 y realmente hermosas. En un minuto perdí el foco, pero cuando entré a esa entrevista yo no iba con el ojo puesto en mi físico, iba enfocada en mi actitud y lo que yo sabía de la marca.

Al entrar me mostré muy segura, porque lo estaba. La noche anterior había estudiado la marca, me sentía grande y le plantié mis objetivos para un evento que en su minuto no era tan significativo, pero no importa. Tenía objetivos y ¡me enfoqué en eso! Me fui de la entrevista feliz por mí, pero sabiendo que era imposible competir con mujeres que se dedicaban 100% a esto, y lo respeto, pero a los dos días me llaman para decirme que había quedado, que les había encantado la postura que tuve en la entrevista, que no tenía miedo y eso iba perfecto con la marca.

Me di cuenta de que pre disponerme no era efectivo. La clave era creer en mí o hacer que creía en mí muchas veces porque lo he repetido tanto que me lo creí y eso se contagia. Al final del día estamos influenciados por nuestro prejuicios y como nuestra postura diaria frente a la vida nos lleva a mantenerlos sin poder cambiarlo, influenciando a otros como nos ven o como nos tratan.

Es decir, busca esas posturas diarias que te hagan sentir grande, poderosa contigo misma y repítelo una y otra vez porque te darás cuenta que lo bueno se repite y no existe mejor sensación que tenerte en momentos que te necesitas realmente.

Nos han convencido que hablar del físico es siempre superficial, pero la realidad que nuestras posturas si pueden condicionar como otros no ven o como nosotros nos vemos y pueden influir en nuestra propia mente.

Y es que aunque tengas miedo y estés aterrada, finge hasta que encuentres lo que realmente te mueve, lo que realmente te haga sentir grande pero nunca caigas en un "No puedo" porque, ¿te digo algo? ¡Sí puedes!

Uno no nace así, se entrena y lo que te propongo es lo mismo. Entrena tu postura, entrena tu discurso hasta que llegue un momento en que te digas "¡Mierda! Lo estoy logrando", porque eso es transformarse, no quedarse ahí por tu opinión o la de otros, sino encontrar la forma de entrenar esa parte que nunca pensaste que podrías lograr.

Brilla y deja brillar.

Etiquetas :