Los cólicos deben ser una de las afecciones más temidas por los padres. Sin embargo, es un problema muy común en los primeros tres meses de las guaguas.
El síntoma más característicos es el llanto intenso y difícil de consolar. Si, es normal que los niños lloren por hambre, frío, calor, sueño o simplemente porque necesitan atención, pero en estas ocasiones no es tan fácil calmar el llanto.
Los pediatras sugieren una regla para poder identificarlo y es asociarlo a la frecuencia con la que ocurre el llanto. Esto es, si llora media hora de tres horas al día, tres días a la semana y, por lo menos, por tres semanas, es probable que padezca cólicos de lactante. Además, tienen sus momentos en el día como después de comer, al atardecer o al comienzo de la noche.
Escuchar y ver llorar a una guagua no es fácil, ni agradable para nadie, y mucho menos para los padres, los cuales pueden caer rápidamente en la frustración y desesperación. Pero si se tiene la información necesaria, se puede llevar mucho mejor la situación y evitar esos episodios tan desagradables para todos en la familia.
Síntomas
Además del llanto hay otros comportamientos que pueden dar las pistas para detectar si se trata, o no, de cólicos.
- Si vemos que la guagua adopta una posición encogida.
- Si su cara enrojece, como si estuviese congestionado.
- Si se queja de forma continua y se sobresalta mientras duerme.
- Si durante el episodio de llanto vemos que además patalea, flexiona el tronco, mantiene los puños apretados, produce ruidos intestinales o expulsa gases.
¿Qué los provoca?
Si bien no hay unca causa definida, podría tener relación con factores psicológicos y sociales. Desde la excesiva estimulación, cambios en la rutina, falta de descanso o ansiedad. También puede ser por causas digestivas, tipo la inmadurez del aparato digestivo. O bien, podría ser debido a una alergia alimentario como a la de la proteína de la leche de vaca.
¿Cómo tratarlo?
Definitivamente la regla número uno es tener paciencia y seguir las recomendaciones de los expertos. Entre las cuales se encuentran:
- Si el pequeño toma leche con demasiada ansiedad puede que trague mucho aire. Y para evitar que depsués tenga gases, es mejor ponerlo en una posición más vertical para que sea más fácil expulsarlos.
- Al amamantar, es recomendable que el bebé vacíe bien un pecho antes de cambiar al otro, esto porque la leche que sale al vaciarlo es más rica en grasa y energía, saciando mejor su hambre.
- Si los cólicos se deben a la intolerancia de la proteína de la leche de vaca, es mejor quitar los lácteos de la dieta de las mamás (si dan pecho), o bien utilizar fórmulas especiales de leche.
- Es completamente necesario que los padres descansen, porque el estrés causado por los cólicos puede afectar a la guagua.
- Hay medicamentos e infusiones que ayudan, pero esto debe ser recomendado por el pediatra.
- Puedes darles un suave masaje en el estómago.
Debes tener claro que en el caso de que tu hijo lo padezca, solo serán 3 meses y no tiene secuelas.