#EspecialPapá: 9 Cosas típicas (y tiernas) de padre primerizo

Y no solo son tiernas, sino que también nos hacen reír. ¿No nos crees? ¡Lee y cuéntanos si te sentiste identificada con tu +1!

1. No saben de tallas

Y siempre optarán por lo práctico. Pueden dejar a los niños perfectamente descalzos, ponerle una polera larga como vestido, o dejarlos en pañales todo el día. 

2. Les transmiten sus pasiones desde que nacen

E incluso desde antes de aquello. Desde el equipo de fútbol hasta la banda favorita, definitivamente quieren compartir preferencias y les regalan incentivos para eso: la camiseta de fútbol en versión guagua, el babero con el nombre de la banda favorita, etc. 

3. Tienen una debilidad por accesorios para facilitar cosas

Y si no existe el gadget que necesitan, algo van a inventar. 

4. Un grado de fiebre les puede generar un colapso

En cuanto a enfermedades, los hombres son exagerados e hipocondríacos por naturaleza, por lo tanto, ante el mínimo síntoma de su guagua, siempre quieren ir al doctor. 

5. Se vuelven Instagramers (y suben muchas fotos)

Se quejan de sus amigos monotemáticos con los hijos, hasta que se convierten en padres por primera vez. A partir de ese día cada cosa que hacen amerita ser publicada. 

6. Le pierden el miedo al ridículo

Hacen todo tipo de muecas y sonidos en públicos, se pasean con el chupete al cuello, el tuto y todo lo que sea de guagua colgando, y no les importa. Inventarán las palabras y bailes que sean necesarios para calmarlos, y lo lograrán. 

7. Les encanta jugar

Vuelven a ser niños y se entretienen con cualquier cosa. Y muchos de estos juegos ponen nerviosa a más de una madre. 

8. Lloran o les baja la presión en el parto

Los nervios les resultan incontrolables si entran a la sala de parto. Pero hay algunos que ni si quiera lo intentan, es mucha la emoción que los invade. 

9. Cuando los hacen dormir, muchas veces ellos también se duermen (y primero)

Nadie dijo que sería fácil tener un hijo, y a veces el cansancio los vence a todos. O bien, se felicita por hacerlo dormir cinco horas de siesta, sin prevenir que en la noche nadie dormirá.