Lo que hiciste con tu primer hijo y que no harás con el segundo

Por Javi Pacull @javipacull | Jueves, 3 de Agosto de 2017
Lo que hiciste con tu primer hijo y que no harás con el segundo

Ser madre primeriza implica aprender constantemente porque todo es nuevo. Es por esa razón que a la más leve tos estamos en la urgencia de la clínica porque creemos que se está ahogando o que una corriente de aire provoca que le pongamos todo lo que hay en el clóset para que nuestro hijo no pase frío.

Sería iluso pensar que cuando nos estrenamos en la maternidad no cometemos errores, obviamente sin querer hacerlo. Es que llegar a un equilibrio cuesta y por lo general llega de la mano de un segundo embarazo.


¿Qué cosas hicimos con nuestro primer hijo que no repetiremos con el segundo? Revisa estas 10 acciones y ve si te identificas con ellas.


Cero expectativas

Si para tu primer parto tenías la idea de uno natural, con un ambiente tranquilo, armónico y familiar, pero lo que sucedió fue todo lo contrario porque una situación irregular obligó a una cesárea de emergencia. O si tenías la idea que darías leche hasta los 8 meses de tu hijo y en realidad al segundo mes ya usaba mamadera. Todo eso te enseñará que más vale no hacerse una idea preconcebida de nada, pues en la realidad todo puede variar. Por lo menos así no tendrás que lidiar con la frustración asociada.

Camisa de dormir

Típico que la indicación de las clínicas y hospitales es llegar al parto con una serie de implementos, entre esos la famosa camisa de dormir. Sí, esa misma que casi te obligaba a sacártela completa para darle pecho a tu guagua. Olvídate de esa y privilegia lo que ya sabes que te entrega la comodidad necesaria.

La maleta de la clínica

Así como te olvidarás de esa incómoda camisa de dormir, también pensarás mucho mejor la cantidad de cosas que llevarás a la clínica. Ya sabes lo que es estrictamente necesario, por lo tanto confiar en tus conocimientos será lo más indicado.
 
Consejos

Si con tu primer hijo le pusiste atención a todo aquel que te dio consejos queriéndolos o no, para el segundo ya sabes perfectamente cuáles son las fuentes de información que te dan confianza y te ayudan a salir adelante. Con el resto trata de tapar tus oídos y sonríe…tampoco querrás herirlos.

Angustia

La preocupación por que tu hijo duerma más de lo normal, por el color raro que tiene su cordón umbilical o por el color de sus deposiciones quedó atrás. Ya no llegarás corriendo a la urgencia por cualquier cosa, porque los recién nacidos ya no son una novedad para ti.

Compras

Si cuando te enteraste que estabas embarazada de tu primer hijo no hubo liquidación a la que no fuiste para comprar todo tipo de ropita y accesorios, con el segundo tendrás claro que solo usaste la mitad de lo que compraste y que perdiste dinero. Las compras con tu segundo hijo serán solamente las necesarias.

Zapatos de guagua

No cabe duda que son tiernos y esa fue la razón por la que los compraste para tu primer hijo. Pero la realidad es que las guaguas no usan zapatos, por eso este gasto no lo harás con el segundo.

Súper mamá

Si con tu primer hijo llegaste hasta las últimas circunstancias antes de pedir ayuda solamente por pensar “es que tengo que poder hacerlo”, con el segundo todo eso te dejará de importar. Si necesitas ayuda la pedirás sin pudor y listo. Ya sabes que lo de súper mamá no existe.

Grupo de Whatsaap

Si al principio te pareció ridículo, pero finalmente te metiste en ese grupo de amigas mamás que resuelven sus dudas por whatsaap, con tu segundo hijo sabrás que esta es una buena alternativa para resolver los problemas domésticos que puedas tener.

A tu manera

Si con el primer hijo caíste en hacer lo que los otros querían, recibiste visitas que no te interesaban o respondiste llamadas solo por compromiso, con el segundo es tiempo de hacer todo lo contrario. Haz las cosas a tu manera y te sentirás mejor.

Etiquetas :