#AhoraSoyMamá: Cuando la llegada de un nuevo hijo es cuestionada por otros

Por Gabriela Ulloa @ahora.soy.mama | Lunes, 5 de Febrero de 2018
#AhoraSoyMamá: Cuando la llegada de un nuevo hijo es cuestionada por otros

¿Se han dado cuenta la mala costumbre que tenemos las personas -consciente o inconscientemente- de meternos en la vida de los demás? Opinar sin que nos pregunten y aconsejar sin que nos pidan.

Es tan típico que cuando uno está en pareja todos pregunten, "¿Y cuándo se casan?", y cuando te casas todos te dicen, "¿Cuándo la guagua?" Cuando nace tu hijo todos preguntan, "¿Y el hermanito?" Y si se te ocurre tener un tercero, no falta el "¿No es momento de cerrar la 'fábrica'?". Ahora también, si es que cumples esas supuestas expectativas que la gente ve como la cronología natural de todo el mundo, también eres cuestionado: "¿Por qué te casaste tan rápido?", "¿Ya estás embarazada?", "No disfrutaron de su vida en pareja...", "¿Vas a tener otra guagua? ¿Qué vas a hacer con tu hijo chico?".

Y bueno, esto último es lo que vengo escuchando hace un par de meses. A días de que mi primer hijo cumpla dos años de vida, estoy a un mes de que nazca mi segundo. Esta vez una niña. Desde que di la noticia del embarazo muchas personas se han encargado de "hacerme entender" que no fue una buena decisión. Que mi hijo va a sufrir mucho con la llegada de su hermana. Que los celos serán terribles y la culpa es mía por no pensarlo bien. Que yo voy a estar reventada y que nuestras vidas se van a volver un caos. Lo peor es que esos comentarios casi siempre vienen de extraños. De gente intrusa que siente con el derecho de opinar sobre cosas tan íntimas y personales.  ¿Desde cuándo mi fertilidad o planificación familiar puede ser discutida por el resto? De verdad no dejo de asombrarme. Y aunque debería importarme un rábano, al final del día igual me molesta. Me incomoda.

El otro día en un cumpleaños, un grupo de mujeres total y absolutamente desconocidas para mí comenzaron a interrogarme sobre la edad de mi hijo y la fecha de parto de mi hija. Y, sin ningún tipo de filtro, comenzó la verborrea: "Te vas a querer morir cuando nazca tu hija", "Vas a llorar todos los días de desesperación", "Te vas a dar cuenta de que tomaste la peor decisión, pero no hay vuelta atrás", "Los vas a querer regalar a los dos porque no los vas a soportar", "Vas a estar tan colapsada que vas a odiar a tu marido"... Y así estuvieron largos minutos, no sé si "aconsejando", advirtiendo o desahogándose de sus propias tristes vidas. No respondí nada ante sus intervenciones, pero no niego que sentí pena ¿Cómo es posible que alguien se atreva a decirle a otra persona tantas barbaridades?

Y es que debe quedar claro que la forma en que afrontemos el tema es responsabilidad y decisión nuestra (de mi marido y mía). Las cosas que hagamos o dejemos de hacer también solo nos competen a nosotros, y así debería ser para cada familia. No dejemos que el resto nos perturbe con comentarios entrometidos, no nos permitamos caer en el juego, ni sentirnos heridos o apenados. Disfrutemos de nuestra paternidad y confiemos en nosotros. Seguro nos equivocaremos una y mil veces. Y nos sentiremos colapsados otras cuantas. Pero lo importante es tener una mirada positiva y constructiva, que nos permita avanzar y crecer. Criar en armonía y en paz con nosotros mismos.

En mi caso, ya nos estamos preparando para la llegada de la nueva hermanita. Con tranquilidad y sin presiones. Fórmulas mágicas no existen, pero si muchas recomendaciones a considerar. ¡Porque tantas familias viven esto a diario y todos han sobrevivido! ¿Por qué nosotros podríamos ser la excepción?

Algunas de las recomendaciones que he leído para el proceso de adaptación (dadas por especialistas, psicólogos y/o personas que han vivido el proceso) y que tenemos pensado llevar a la práctica son:

- Darle tareas especiales al hijo mayor, incorporándolo a la rutina del nuevo hijo (por ejemplo traer los pañales).
- Pasar un tiempo a solas con tu hijo mayor. Para ello es importante contar con el apoyo de la pareja, familiares o amigos que se hagan cargo del recién nacido durante esos momentos.
- Corregir con dulzura los "excesos" de amor o el comportamiento errático del hijo mayor con el nuevo hermanito.
- No dejarlos nunca a solas. Un niño (si aún es pequeño) no tiene conciencia de sus actos y podría hacerle daño sin quererlo realmente.
- No incorporar nuevos cambios a la rutina del hijo mayor durante el proceso de adaptación, como por ejemplo ingresarlo al jardín infantil o quitarle los pañales.
- Reconocer sus sentimientos y validarlos. Es normal que sienta celos o angustia, lo importante es ayudarlo a manejarlos y superarlos.
- Explicarle su nuevo rol familiar como hermano mayor.
- Comprar un regalo al hermano mayor y decirle que su nuevo hermano se lo trajo.
- Ante todo tener actitud serena, la paciencia y el cariño serán los mejores aliados.

¡Pronto les cuento cómo nos va a nosotros!

Etiquetas :