#AhoraSoyMamá: El desafío de no juzgar la lactancia

Por Gabriela Ulloa @ahora.soy.mama | Lunes, 31 de Julio de 2017
#AhoraSoyMamá: El desafío de no juzgar la lactancia

La lactancia materna debe ser una de las cosas con más mitos dentro del tema de la maternidad. Muchas mujeres se enfrentan al proceso llenas de dudas y temores: ¿Tendré leche suficiente? ¿Dolerá? Son las primeras preguntas que nos hacemos.

En mi caso, para bien o para mal, antes del parto nunca leí mucho al respecto, ni tampoco pregunté a mis cercanas. No estaba muy segura de ese proceso, me parecía extraño y lo sentía como un deber absolutamente obligatorio en mi nuevo rol de mamá. No estaba en cuestión si iba dar leche o no, pero mi cabeza contabilizada más o menos la cantidad de meses en que iba hacerlo. Y eso me agobiaba un poco.

Tras el parto empezó una avalancha de información. Términos como: libre demanda, hipoglicemia, desnutrición, calostro, mastitis, baja producción, leche de fórmula, mamadera, acople, cremas, grietas, apego, extractor, entre otros, comenzaron a ser repetidos por enfermeras, doctores, familiares y amigas. Yo, como dije que iba a hacer desde un principio, simplemente me entregué a la naturaleza. No había cabida para planificación alguna. Estaba segura de que mi propio hijo y mi nuevo instinto maternal me enseñaría más o menos qué hacer, sin sentirme presionada por nadie y por nada. Y así fue. Sentir a ese ser tan mínimo pegado a mi pecho día y noche, incansablemente succionando en busca no solo de alimento, sino que de amor y protección, me hizo ir tomando decisiones. Entré a un sin número de grupos y comunidades que hablan, asesoran y educan sobre la lactancia. Quería entender un poco más sobre este maravilloso mundo que había encontrado y confirmar si lo estaba haciendo bien. Me llevé muchas sorpresas y aprendí mil cosas más que agradezco enormemente. Pero también vi cómo este proceso se vive con mucha desinformación, mitos, pero sobretodo, con mucho juicio de valor.

¿Somos mejores o peores madres por haber dado o no de lactar? ¿Somos "más mujeres" por tener buena producción de leche? ¿Somos un monstruo desnaturalizado por dar relleno? ¿Es un desastre aquella mujer que, por la razón que sea, simplemente no tiene leche suficiente? ¿Somos malas mamás si es que no soportamos el dolor que nos causa un mal acople cada vez que damos de lactar? ¿Estamos mal de la cabeza si decidimos dar leche a libre demanda, sacrificando horas de sueño y un poco de libertad? ¿Somos esclavas, "raras" o promiscuas si decidimos prolongar la lactancia hasta que nuestros hijos cumplen varios años?

Para mí, la respuesta ante todas estas dudas es un rotundo NO. Y me encantaría que fuera la misma para todas las mujeres. La lactancia es un desafío en sí mismo y para cada mamá es un mundo diferente. Leer, informarse, disipar las dudas, contar con redes de apoyo, son buenas alternativas. Pero lo mejor es "empoderarse", aunque suene a palabra manoseada.

Para mí la lactancia ha sido una etapa maravillosa y creo que eso es un privilegio. Tengo la suerte de llevar 18 meses en este proceso, aunque hace poco incorporamos una mamadera al día. Pero espero poder seguir dando pechuga hasta que mi hijo y yo decidamos ponerle fin al proceso. Porque no he cedido ni cederé a ninguna presión social por dar o no de lactar. Porque me interesa lo que dicen los estudios y la OMS, pero no condicionan -ni han condicionado- mi actuar. Porque NADIE puede decirme qué hacer con mi cuerpo, tiempo y entrega asociados a la lactancia prolongada. Doy leche materna porque se me da la gana y no para ser mejor mamá o llevarle la contra a alguien. Porque es mi libertad de decidir. Como es la libertad de cada mamá darle una mamadera con relleno. Porque yo no juzgo y exijo que no me juzguen.

Etiquetas :