#AhoraSoyMamá: La importancia del traslado seguro de los niños
Llegaron las vacaciones de verano, y son muchas familias las que salen de veraneo, paseos por el día o se mueven de un lugar a otro dentro de su ciudad realizando distintas actividades con los niños. Y es justamente por ello, la relevancia que toman las sillas o alzadores para los traslados de los niños en auto. De hecho, según cifras de CONASET, diciembre y enero son los meses con mayores accidentes de tránsito, seguidos por julio (seguramente por vacaciones de invierno) y por febrero.
A pesar de que la nueva ley es clara (entró en vigencia en marzo del año pasado) existen muchos casos en que las personas simplemente y, por diversas razones, no la cumplen. Para mí, más allá de cumplir o no con la ley, el tema se enfoca en la seguridad y vida de nuestros hijos. Y eso sí que no está en juego.
Hace un par de meses estuve en una charla de una reconocida marca de sillas y alzadores de auto para niños donde me enteré de que gran parte de los accidentes de tránsito ocurren en trayectos cortos, a no más de 3 kilómetros de la casa, y es justo en esas ocasiones cuando los padres deciden no poner a sus hijos en las sillas o alzadores por considerar que es un trayecto rápido y "seguro". Y es que claro, quién no ha pensado eso en alguna ocasión. Por ejemplo en la noche, cuando estás fuera de casa y tu hijo pequeño se quedó dormido y te da pena despertarlo para ponerlo en la silla, uno podría pensar, "son solo un par de cuadras, mejor lo llevo en brazos y así no se despierta". O si es un día de muchísimo calor uno tiende a pensar que en las sillas de auto los niños pueden acalorarse aún más, por lo que se accede a que vayan sentados como un adulto, "total no son más de diez minutos de viaje".
A pesar de que entiendo esos cuestionamientos, no puedo estar más en desacuerdo con ellos. La verdad es que claro que me da pena despertar a mi hijo para sentarlo en su silla y ponerle el arnés de seguridad, pero no se me pasaría por la cabeza en ningún momento dejar de hacerlo. Ni aunque el trayecto sea corto. Ni aunque esté durmiendo. Ni aunque haga mucho calor o haga tremenda pataleta por no subirse a la silla. Y es que entre su comodidad, prefiero mil veces su seguridad. Su salud. Su vida.
Las cifras de CONASET son alarmantes. En Chile, los accidentes de tránsito son la primera causa externa de muerte en niños de 1 a 14 años. Asimismo, el 78% de los niños fallecidos en accidentes de tránsito viajaban como pasajeros en vehículos particulares. Es por ello que el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones realizó un cambio en la Ley de Tránsito aumentando las exigencias en materia de seguridad para el traslado de niños y no lo hicieron para complicarnos la vida a los padres; para hacernos gastar plata comprando sillas y/o alzadores que cumplan con las nuevas exigencias; o para que nuestros autos se hagan pequeños si es que tenemos más de un hijo que necesita este tipo de artículos para su traslado. La nueva ley se hizo con el objetivo de reducir las muertes y las lesiones en niños involucrados en este tipo de accidentes, se creó para resguardarlos y para educar a los padres en la importancia de este tema. Y es que los estudios de CONASET revelan que las sillas especiales para traslados de niños en los vehículos reducen hasta en un 50% los casos de mortalidad infantil en accidentes de tránsito.
Estoy segura de que como padres no queremos que nada malo le pase a nuestros niños, y es por ello que insisto en que debemos tomar conciencia y actuar de la forma adecuada. En más de un caso he escuchado la típica frase "cuando yo era chico esas sillas no existían y lo más bien que anduve en auto toda la vida y no me pasó nada", o "yo también fui niño y sobreviví a andar en auto sin sillas especiales". Y así tantas otras. Pero que eso haya ocurrido no quiere decir que esté bien. Por ejemplo, antes las mujeres no tenían derecho a voto y adivinen ¡todas sobrevivieron a eso!, pero no significa que fuera lo correcto ¿o s? Yo creo que debemos adecuarnos a los tiempos y agradecer las nuevas tecnologías que están al servicio de nosotros. Aprovechar las nuevas oportunidades, los estudios, los avances y las soluciones que la modernidad nos ofrece, en vez de cuestionarla y sentirla como una enemiga.
Pero en fin, la decisión final siempre es personal. Algunos estarán dispuestos a pagar las multas correspondientes. Otros cruzarán los dedos para no ser "descubiertos". Seguro un grupo se refugiará en "la importancia de pensar positivo" para librarse de accidentes de tránsito. Lo cierto es que ninguna de las opciones anteriores hará la diferencia con nuestros niños si es que lamentablemente nos vemos involucrados en una colisión. Y tú, ¿te vas a arriesgar?