Ducharse todos los días ¿hace mal?

Por Sole Hott @solehott | Viernes, 18 de Agosto de 2017
Ducharse todos los días ¿hace mal?

No hay nada mejor que una buena ducha para despertar en la mañana, o las de la tarde después de un día de playa, la ducha recomponedora después de hacer ejercicio o esa para calentar le cuerpo en las noches de invierno. Y es que para muchas cosas, la solución y el mejor remedio es una buena ducha.

No existen las malas duchas, pero quizás sí las demasiadas.

Aunque no lo creas, cada vez son más los datos y estudios que sugieren ducharse a menudo podría ser más nocivo que beneficioso. Algunos investigadores afirman que mucha limpieza daña el microbioma humano (conjunto de bacterias, virus y otros microbios que habitan en el cuerpo).

Según un estudio de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, el hecho de romper el equilibrio de los ecosistemas microbianos puede ser nocivo, y lavarse demasiado a menudo puede dañar los microorganismos vitales para la salud.

El estudio se llevó a cabo en una etnia indígena del Amazonas, los Yanomani, que no habían tenido contacto alguno con occidentales, y esos tenían el microbioma con las más alta diversidad de bacterias detectadas hasta la fecha en un grupo. Y por si fuera poco, su microbioma incluía bacterias con resistencia a los antibióticos, aun cuando no los conocían.

De esta forma el estudio concluyó que la vida occidental afecta directa y significativamente la diversidad del microbioma humano y por ende a la salud. Por lo tanto, como conclusión no es que ducharse haga mal, sino más bien que se debe ajustar una frecuencia según el lugar donde se vive y la actividad física que se realice.

Ahora bien, en el 2016 uno de los editores del diario The Atlantic, James Hambling, contaba su experiencia sobre cómo el cuerpo se adaptó a ducharse lo justo y necesario. "Al principio era una especie de animal grasiento y oloroso, pero el cuerpo se adaptó enseguida a vivir sin la ducha. Cuando nos duchamos a fondo, destruimos los ecosistemas. Se regeneran rápidamente, pero todo se desequilibra y tienden a sobrevivir las bacterias que producen el olor corporal".

Y agregaba "El mal olor no fue duradero. Tras cierto tiempo, el ecosistema se estabiliza y deja de oler mal. No quiero decir con esto que yo olía a perfume de rosas, pero tampoco olía a tigre", agregó. "Olía como un ser humano".

Es lo mismo que ocurre con las personas que dejan de lavarse el pelo, sufren los primeros meses por la grasa y el olor, pero luego el pelo realmente ya no necesita el champú diario.

La periodista del New York Times, Julia Scott, hizo precisamente ese experimento. Dejó el jabón y el champú. La segunda semana sus amigos decían que olía mal, a cebolla precisamente, pero después de eso el olor disminuyó y la piel se suavizó, lo que ella interpretó como que habían crecido las bacterias "buenas".

De esta forma el exceso de higiene podría derivar, curiosamente, en una mala higiene. El exceso de agua, y este tipo de agua en particular, al igual que el de los jabones, puede resultar perjudicial para la piel, ya que disminuyen las bacterias benignas que la protegen.

Algunos consejos de los expertos son:

- Preferir una ducha corta con agua fría y tibia, antes que un baño de tina.

- Zonas sensibles como genitales, pies, axilas y manos sí requieren de jabón diariamente, pero para el resto del cuerpo sólo es necesario el lavado de arrastre del agua.

- Usar jabones neutros.

- No abusar de los exfoliantes.

- No ducharse más de una vez al día.

- Si hay tiempo, preferir el secado "al aire" o utilizar una toalla de material muy suave.

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