15 Señales que indican que te estás convirtiendo en tu mamá

Por Sole Hott @solehott | Miércoles, 9 de Mayo de 2018
15 Señales que indican que te estás convirtiendo en tu mamá

Te pasas tu vida diciendo que no quieres tener las mañas y manías de tu madre, pero llega un minuto en la vida en la que te das cuentas que te estás pareciendo mucho a ella. Es algo inevitable, finalmente es una herencia que no puedes evitar. 

Y aquí, algunas señales de que estás convirtiéndote en tu madre. 

1. Si fueras una princesa de Disney, serías Frozen

Sí, hay que asumir te has vuelto más friolenta y revisas el pronóstico del tiempo todos los días. 

2. Tus invitados para este viernes por la noche son...

Tu sillón, una manta y Netflix. Ahora, si le agregas una copa de vino y buena compañía, te sientes en el paraíso. 

3. La tecnología evoluciona demasiado rápido, incluso para ti. 

Ya comienzan a escapar de tu control, con Instagram, Whatsapp y Facebook era suficiente. 

4. Tus manías se han disparado...

Y estás convirtiéndote en todo lo que dijiste no serías. Mónica Geller es básicamente tu mentora. Las sábanas las doblas tú, y las con borde elástico te complican. 

5. Cambiaste los vasos y las latas, por el vino. 

Los combinados quedaron en el pasado junto con la cerveza. Ahora es el turno del vino y la champaña. Además, tu tolerancia al alcohol ha disminuido, con dos copas ya estás feliz, una tercera podría dormirte. 

6. Te has reencontrado con tus plantas. 

Ahora te importa si se mueren. Y celebras cuando le sale una flor a tu cactus, incluso t ehan visto enviando fotos en los grupos de Whatsapp ¿o no?

7. Te desmaquillas antes de acostarte. 

Si antes te daba lo mismo, hoy no te irías con rímel a la cama. Además, ya usas crema de noche. 

8. Tu cartera es una onda a Mary Poppins. 

Hay tantas cosas adentro que ya no sabes ni qué hay. Ibuprofeno, pañuelos desechables, pinza, snacks, libro, crema de manos, etc. 

9. En el supermercado elegir la fruta y la verdura te toma tiempo. 

10. Ya no te pruebas la ropa en las tiendas.

Compras y luego devuelves si no te queda. Y recuerdas todos esos momentos con tu mamá de compras:

Tú: Mamá pruébatelo
Mamá: No, para qué, si te queda suelto a ti, a mí me queda bien. 

11. Descubriste el poder de la mirada asesina.

Esa que vale más que mil palabras y que mágicamente hace que las personas te respeten y hagan lo que estás pidiendo. 

12. Tu mejor tienda vintage: el clóset de tu mamá.

Cada vez que la vas a ver te llevas algo. Y tu, inconscientemente, haces lo mismo. Es un ciclo vital, lo harás con tu hija. 

13. Has perdido la vergüenza...

Para hacer valer tus derechos ante un mal servicio. Te quejas, y con razón, estás pagando por ello. 

14. Has perdido el control sobre tus lágrimas. 

Cada vez es peor, ante la más mínima emoción se escapa una lágrima. 

15. Nadie quedará con hambre como invitado en tu casa. 

Nadie. 

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