Las chilenas están más propensas a ser "Ninis" ¿Eres una de ellas?

Por Javi Pacull @javipacull | Miércoles, 20 de Diciembre de 2017
Las chilenas están más propensas a ser

Según cifras de la Encuesta CASEN 2015 del Ministerio de Desarrollo Social (MDS), difundidas por el boletín "Mujer y trabajo: NINI, la antesala de la 'inactividad'", realizado por Comunidad Mujer en noviembre de este año, Chile cuenta con 4.2 millones de jóvenes entre 15 y 29 años, de los cuales un 12.8% (544 mil) se encuentran en el segmento de la población que conocemos como Nini, es decir que ni estudian ni trabajan.

Lo más triste y revelador es que de ese porcentaje de personas, ¾ corresponden a mujeres. ¿Qué razones son las que explican que lideremos en esta parte de la población?

Las causas de que exista mujeres que no estudien ni trabajen tienen directa relación con el género. Según este informe, mientras los hombres desertan sus estudios o dejan el trabajo por falta de interés y problemas de salud (17.7% y 14.6%, respectivamente), las mujeres lo hacen por razones de "maternidad o embarazo" y "quehaceres domésticos y de cuidado" (32,8% y 33,5%, respectivamente). En los hombres, estas razones solo significan el 0,5% y el 3,5%.

Que la educación media sea obligatoria en Chile desde el 2003 no es un factor determinante al momento de tomar la decisión de abandonar los estudios. A esto se suma que muchas mujeres y hombres siguen el estereotipo social que asigna a las mujeres la responsabilidad de las tareas del hogar.

Si analizamos la situación en horas, el panorama también es esclarecedor. Las cifras en horas respecto al tiempo promedio que usan las mujeres y los hombres Ninis para tareas de hogar, dejan a la vista un claro problema de diferencia de género. Mientras los hombres usan un total de 2.7 horas diarias promedio en trabajo doméstico, nosotras dedicamos 8.6 horas a las mismas tareas no remuneradas, es decir casi el tiempo completo de una jornada laboral.

Este panorama, sumado a que en Chile el acceso educacional es determinante para el futuro de las personas, hace que romper el círculo sea muy difícil para algunas mujeres, pues no solo se ven excluidas del mundo del trabajo por falta de capacitación, sino que tienen menos posibilidades de generar un proyecto de vida independiente de sus padres.


Este contexto desigual potencia el círculo de la pobreza, aumentando la brecha entre unos y otros.

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