Pablo Mackenna reveló un triste episodio vivido con Javiera Díaz de Valdés

Durante los años 2006 y 2016, Pablo Mackenna y Javiera Díaz de Valdés mantuvieron una relación amorosa de la que nació su hija Rosa, hoy de 10 años. Sin embargo, antes que ella naciera la actriz tuvo una pérdida cuando tenía tres semanas de gestación.

Pablo Mackenna decidió revivir este recuerdo desconocido por la mayoría dedicándole un poema a quién iba a ser su primogénito. En el marco de un recital poético celebrado en el Centro Cultural Ciudadanos, en Ñuñoa, el escritor presentó su poema titulado 'Puntito', que trata sobre la pérdida de su primer hijo.

En una entrevista con LUN, el poeta confesó por qué decidió compartir su historia. "Ay, porque ¿sabes qué? A mí me dio mucha pena perder a ese niño. Me da un poco de vergüenza, porque siento que no es un poema, pero necesité escribirlo", aseguró.

Además, explicó que sabían que sería un niño por un examen de ADN que realizó junto a su ex mujer, y agregó que "Escribir ese poema fue enterrarlo, nombrarlo, porque él no fue nada, no tuvo nombre, pero se llama 'Puntito', le dije que lo quise y lo que fue para mí".

Mackenna comentó que ha recitado el poema en diversas partes de Chile y que siempre hay gente que queda muy afectada al escucharlo, y no precisamente porque hayan perdido a un hijo. "Hay algo en él que apela universalmente al dolor de la pérdida. Siempre se me acerca alguien con lágrimas para decirme 'me dejaste la c...'. Les pregunto '¿perdiste una guagua?' Y me dicen que no... Lo perdimos de tres semanas, era nada, un grano, pero latía", detalló el escritor.

A continuación te compartimos el poema completo.

"Hola puntito, un corazón que no cupo en un latido. Tan pequeño te perdiste en el silencio que cuela el rayo justo antes del tronar, tan chiquito y doloroso, redondo como un abrazo, suspensivo como una promesa.

Mira cosita tan nuestra, cabecita de alfiler, nos zurciste la esperanza al igual que una piedra arrojada va crispando el espejo en el agua, nos pinchaste con un beso el dique donde pretendíamos exiliar las lágrimas y que tanto te esperamos, tanto te hablamos, te hicimos guardia que apareciste como un puntito, pero en el fondo del mito eras lanza que arrojaba en la noche oscura prendido fuego entre las sábanas.

¿Te acuerdas cuando te decía bienvenido, cosita, a tu casa? Hoy te alejas como un suspiro, no alcanzaste ni a ser palabra, me quedo con tu breve visita de fiesta, de amor y de lágrimas y el recuerdo de haberte acunado esas noches de a tres en la cama".