Es oficial: Meghan y Harry decidieron agrandar la familia

Los Duques de Sussex tomaron la gran decisión de agrandar su familia. Efectivamente la pareja ya ha expresado su deseo de ser padres a corto plazo, sin embargo, el nuevo integrante no es precisamente un hijo. 

Segín informó el medio británico Daily Mail, el nuevo integrante sería un cachorro labrador rescatado y que le hará compañía a Guy, el beagle de Meghan que viajó con ella a Inglaterra.   

Recordemos que Bogart, su otro perrito, tuvo que quedarse en Canadá por su edad. Y Guy es de la misma raza que Bogart.

"Ya está felizmente instalado en la casa. Al igual que sus dueños, dividirá su tiempo entre el Palacio de Kensington y su casa de campo en Cotswolds", señaló dicho medio.

Hasta ahora no conocemos el nombre de la nueva mascota de estos royals, pero esperamos que sea pronto revelado.

Sobre la paternidad de los duques, las expectativas continúan. La prensa británica y los expertos en realeza no pueden evitar hacer calculos. Y es que con el nacimiento del príncipe Louis en abril, Harry queda en el sexto lugar de sucesión al trono, por lo que el primer hijo de la pareja quedaría en el séptimo.

Lo que definitivamente terminará siendo una ventaja -puesto que el protocolo del Palacio de Buckingham establece que los primeros seis candidatos requieren del permiso de la reina para casarse- el primogénito de Harry y Meghan no lo necesitará, por lo que será libre de casarse con quien quiera sin perder los derechos de sucesión ni título, por ello. 

Sin embargo, esto podría cambiar. Cuando el futuro hijo de los duques de Sussex tenga edad para contraer matrimonio, lo más probable es que William y Kate sean reyes, por lo que la línea de sucesión correrá. En caso de no haber más hijos luego de Louis, Harry quedaría en cuarto lugar y sus hijos estarían dentro de los seis primeros. 

Ahora bien, si a esas alturas los hijos de los duques de Cambridge ya tuvieron sus propios hijos, todo vuelve a correr. Y nuevamente los hijos de Harry y Meghan serían libres de casarse con quien su corazón les dicte. Algo que, por lo demás, la misma reina Isabel II incentiva, ya que ella se casó por amor con el duque de Edimburgo en 1947.