[COLUMNA] Constanza Del Rosario: Si me amaras ¡lo sabrías!

Por Constanza Del Rosario @ConsdelRosario | Miércoles, 17 de Mayo de 2017
[COLUMNA] Constanza Del Rosario: Si me amaras ¡lo sabrías!

Hace un par de años atrás una conocida marca de toallitas higiénicas lanzo una exitosa campaña publicitaria abanderándose como traductoras del lenguaje femenino. Uno de los diálogos de sus anuncios que quedó grabado en la memoria colectiva de los chilenos fue el siguiente:

Ella: ¡Mira estos anteojos! (Emocionada probándoselos)

Él: Te quedan lindos ¡Te los regalo!

Ella: Ay no, no te preocupes. (Coquetamente)

Él: (Encogiéndose de hombros) Bueno, ¿Vamos?

Ella: (Cara de shock)

Voz en off (traductor XX): No te preocupes, significa ¡obvio, regálamelos!

Cito esta publicidad porque, a mi juicio, a través de un sencillo humor lograron graficar una situación que es la raíz de muchos malos entendidos y sin sabores en las relaciones: la creencia de que "mi pareja (si realmente me ama) debería saber lo que deseo o necesito sin necesidad de expresarlo directamente". Y pongo entre paréntesis "si realmente me ama", ya que muchos no son conscientes de que han asociado arbitrariamente la lectura mental con demostración de amor; es más, una de las reacciones emocionales frecuentes de quienes esperan ser interpretados, anticipados o adivinados por sus parejas es sentirse frustrados, poco amados, poco apoyados o inclusive poco deseados. Y muestran la misma cara de shock e incredulidad que la chica del comercial cuando sus parejas no reaccionan a sus mensajes en clave que creen son claros como el agua.

Pero, ¿de dónde viene este fenómeno y porqué es una expectativa que se le atribuye a las mujeres?

Tras atender a muchas parejas en las que he escuchado repetidamente este deseo he podido observar un rasgo común; quienes se sienten dolidos si su pareja "no sabe o no se le ocurre" son individuos con una personalidad altamente empática (es decir, que tienen la habilidad y facilidad de ponerse en el lugar del otro) y que justamente demuestran el amor por sus parejas estando atentas a la comunicación verbal y no verbal de estas para ser proactivos al momento de apoyarlas y agradarlas.

Lo que hace que, de algún modo, esperen de sus parejas igual forma de demostración de amor, ya que desde su forma de ver la vida, ser proactivos con la pareja es "la" manera de demostrar al otro que le ponen atención, se interesan y lo hacen en su vida una prioridad. Consecuentemente, cuando esto no acontece, lo atribuyen a una desconsideración voluntaria porque "es egoísta, insensible, desatento o cómodo". Esto, ya que dan por hecho que la atención empática es son un rasgo común en todos los seres humanos y no una habilidad asociada a la personalidad y el género.

Ahora, cuando digo género, debo aclarar que la empatía no es un rasgo exclusivamente femenino, pero es más frecuente en ellas que en ellos; hecho facilitado por nuestra biología, ya que existe una alta relación entre estrógeno libre y la activación de neuronas espejo (responsables de la empatía) y por una cultura que nos alienta desde pequeñas a estar atentas y cuidar de otros. Por eso es que la expectativa de lectura de mentes, como gesto de amor, es más común en ellas, aunque cada vez es más frecuente en ellos.

¿Cómo solucionar esto? Los hiper-empáticos tienen que estar dispuesto a develar más, de manera clara y pragmática para así facilitar a su pareja que "sepa o se le ocurra". A su vez, la pareja del hiper-empático tiene que motivarse a generar estrategias para recordarse a sí mismo esos deseos y necesidades; tener más presente en su mente a su pareja, le ayudara a ser más atento y proactivo. La clave: ¡Ni amnésico, ni adivino!

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