[COLUMNA] Carmen Castillo: Mi comunidad que brilla

Siempre leo, o escucho, lo negativo que pueden llegar a ser las redes sociales. Pero debo reconocer que durante tres o cuatro años he vivido cosas hermosas con mi comunidad. He crecido con la mayoría de ellos y díganme tonta, pero me siento feliz de tenerlos. Y aunque también he recibido cierta cuota de negatividad (que también me sirve), han sido más cosas buenas que malas.

Siempre he contado la verdad de cómo partí en esto. Un día postié una frase positiva que me motivó, al otro día hice lo mismo y así. Me di cuenta de que cuando me automotivaba funcionaba mejor, me comencé a construir, a entrenar la mente y me di mil razones para convencerme de que SÍ PODÍA. Un día las cosas me comenzaron a salir bien (no les miento) y me di cuenta del proceso tan poderoso que estaba viviendo. Me estaba conociendo, me di cuenta de qué cosas me hacían mal y qué cosas me hacían increíble.

Un día "X" recibí un correo. Era una chica que me agradecía lo que subía que la motivaba también a ella. Ese correo se multiplicó y llegó el día en ya no era uno, sino que 100 semanales. Y aunque la verdad es que no partí motivando a otros, me di cuenta que lo bueno tenía que partir en casa.

Desde ahí la historia muchos la conocen. Cuando quedamos con la Jose, el apoyo de mis seguidores se triplicó y me apoyé demasiado en ellos. Y aunque nací de las redes sociales y todo lo que he formado ha sido en su mayoría gracias a eso, siempre, pero siempre, me he preocupado de no perder el norte y la cercanía con mi gente. Los quiero y puedo estar loca por pensar así, pero fueron ellos los que me alentaban a no rendirme cuando creí que todo estaba perdido.

Creo profundamente en esta comunidad positiva con sus diferencias como toda comunidad, pero que a la hora de apoyarse está y no tenemos miedo de ir por más.

Y para ellos solo quiero decirles que el sufrimiento es una elección que depende de nosotros cambiar. Si hemos dañado a personas en el pasado no es una justificación para castigarnos toda la vida. No seamos nuestros propios enemigos, no endiosemos a cualquiera y encontremos el motivo para levantarnos mañana. Partamos por casa.

Brilla y deja brillar.