Método natural y certificado desplaza a la incubadora para los recién nacidos

La incubadora era hasta ahora el mejor método para ayudar al desarrollo de las guaguas prematuras. Sin embargo, los eficientes resultados que ha logrado el “método canguro” han sorprendido a neonatólogos, matronas e incluso a veterinarios.

Según informa hoy un extenso artículo de LUN, la técnica que consiste en ubicar al bebé en el regazo desnudo de la madre, cubriéndolo con una especie de faja ha demostrado ser muy eficaz para que los recién nacidos maduren y ganen peso.

“Sus evidencias están bien estudiadas. La madre tiene un rol de incubadora, generándose una tríada perfecta: calor, protección y nutrición. Además regula la respiración del prematuro”, aseguró Paola Gaete, Matrona y docente del Departamento de Promoción de la Salud de la Mujer y el Recién Nacido de la Universidad de Chile.

El método que destaca por ser totalmente natural y que se fundamenta en el apego, hace sentir a los prematuros la protección del útero materno y de paso los ayuda a termorregular. Pero no sólo eso. Según la profesional, las guagüitas que están en incubadoras “lloran diez veces más que al estar con la madre, por el estrés que les produce su ausencia”. Que lloren no es un tema menor, pues al hacerlo aumenta la hormona del cortisol, pudiendo generarse daños neurotóxicos.

El ambiente que ofrece el “método canguro” a los bebés prematuros es simplemente perfecto y lejano a cualquier trauma. Al estar en contacto con la piel materna, el prematuro siente un calor similar al del útero, los latidos del corazón calman su ansiedad y el olor a leche de la zona le hace sentir que tiene sus necesidades básicas cubiertas. Si bien los prematuros no pueden succionar y tragar, y son alimentados por sondas, utilizar su olfato los ayuda en su desarrollo.

Lo mejor de este método es que puede ser practicado tanto por el padre como por la madre, y así empezar a practicar desde muy temprano un apego y paternidad compartida.