Según la ciencia, las abuelas serían mejor que un terapeuta

Si hay algo que debemos concederles a las abuelas es que definitivamente llevan más años que nosotros en la tierra y, por lo tanto, más experiencia tienen. 

Es más, la ciencia confirma su sabiduría, y lo ha plasmado a través de la ecoterapia, la que sustituye a los psicoterapeutas por ancianos. Un método que explora justamente los beneficios de la capacidad de escuchar, compasión y experiencia que puede tener una abuela, los que sin querer le permiten extraer de la otra persona hasta el dolor más grande, simplemente a través de la confianza que generan. 

En Zimbawe, por ejemplo, crearon el Banco de la Amistad, el cual es justamente eso, aliviar el 'pensar demasiado' con una intervención sumamente sencilla, sentarse a hablar con una mujer mayor. La  que escucha, sin prejuicio y ayuda a resolver los problemas. 

Este proyecto fue estudiado, y los resultados fueron sorprendentes. Efectivamente las abuelas lograban se rmás eficaces a la hora de resolver trastornos mentales graves, que una pastilla o un profesional. En Nueba York también existe un programa, Thrive, en el que los cuidadanos pueden consultar a ancianas sobre sus problemas, y así ayudarlos a aliviar tanto sufrimiento oculto. 

Los científicos llevan décadas preguntándose por qué solo existen dos tipos de mamíferas que siguen viviendo muchos años después de haber perdido su capacidad reporoductiva y entran en la menopausia: orcas y mujeres. 

En 1997, la Universidad de Utah formuló la 'hipótesis de la abuela'. Según su autora, Kirsten Hawkes, las abuelas son una clave en la evolución de la especie humana. Y es que gracias al apoyo que dan a sus hijas en la crianza, aumentan la longevidad de nuestra especie. Es decir, esta es una razón más por la cual tenemos vidas más largas que los primates. 

Las abuelas, científicamente, ayudan a desarrollar otras áreas como lo son aquellas de tipo sociales: tener una pareja, aprender nuevas cosas, a cooperación, etc. Admeás, nos enseñaron el hecho de tener hijos, para que estos tengan hermanos y así sucesivamente, algo que los primates no necesariamente hacen. 

Son parte de la crianza de cada niño, o en su mayoría, y su voz de la experiencia ya se comienza a reconocer como clave en la salud mental. 

¡Que vivan las abuelas!