[COLUMNA] Carmen Castillo: Tocar fondo, un paso más para brillar

Por Carmen Castillo @carmentuitera | Jueves, 17 de Noviembre de 2016
[COLUMNA] Carmen Castillo: Tocar fondo, un paso más para brillar

A los 4 meses de embarazo, me quedé sola con mi Jose. Mis dos papás estaban cesantes, yo no tenía trabajo estable y el último mail que escribí rogando por dinero para los exámenes que venían fue respondido con un "Carmen, no me mandes más correos. Todo será visto por mis abogados", cosa que nunca pasó.

Ahí estaba yo. En la nada, literalmente. Mi hija en camino y yo en la desesperación de sacar esto adelante. ¿Qué mierda hago? Me preguntaba todo el día. Y, lo más común... el "auto enterrarse" en un hoyo con la desesperanza de que no iba a poder salir más.

Mi panza crecía, no me daba ni hambre y con poca emoción fui a las ecografías siguientes. "¿Cómo pago la que viene?", le preguntaba a mi mamá. Fue difícil, no les miento, pero yo no soy víctima en esta historia. ¿Hay cosas injustas? Sí, pero yo me lo busqué. Todo lo que estaba pasando y viviendo, en algún punto, la vida me mostró que podía pasar, y fui yo quién decidió continuar.

Cuando estaba en mi desesperación máxima (onda mal) decidí que esto debía parar. En ese momento ya era "Carmen Tuitera" -o una mini versión-, y empecé a escribir mensajes positivos, uno tras otro, con la idea de auto motivarme a diario y no rendirme. El el tema es que la gente empezó a prender, y yo más me motivaba. ¿Era posible que incentivar a otros me hiciera tan feliz? Sí.

La gente empezó a seguir mi embarazo, o a la Jose, y me pregunté "¿qué viene ahora?". Me fui al sushi donde siempre comía y les dije... "¡Te manejo las redes sociales!". Obvio que el dueño se preguntó, "¿quién es esta?". "Carmen Tuitera", respondía yo. La sorpresa fue que me dijo que sí. Después me fui a la veterinaria de mi perro, y la misma historia ¡Me dijo que sí! Sin mentirles, llegué a tener 15 clientes durante mi embarazo. La Jose nació y al otro día yo ya estaba trabajando. No había tiempo que perder. Si esto lo logré embarazada, ¿qué más podía hacer con mi motor chico fuera de la panza?


No fue todo. A la semana 38 de embarazo, cuando la Jose todavía no pensaba en salir, fui rostro para una marca de productos para el pelo. La foto era con algunas chiquillas ligadas a la moda nacional, y ahí estaba yo, con una panza gigante y mi cara que decía a gritos "Sáquenla de aquí". Entonces descubrí que nada es imposible. La Jose nació y yo ya estaba planeando mi próximos pasos en esta loca vida.

Toqué fondo, pero ¿saben? Lo necesitaba. Primero, para darme cuenta de que no era tan bacán como me sentía: era humana y tenía que entender que cuando la vida te da una señal, es por algo, y hay que hacele caso. Segundo, porque la solución nunca fue quedarme pegada en el problema. A veces sentía que no podría avanzar, pero lo hice, y eso fue porque mi desesperación se transformó en un motor, al igual que mi hija.

No pretendo ser ejemplo para nadie, pero sí contarte que ¡sí se puede! Cuando menos lo crees, ahí está la salida para que comiences a brillar, y eso depende de ti. Hoy puedo revelarte que, después de 4 años siendo freelance, un embarazo inesperado y ser mamá/papá al mismo tiempo, formé mi empresa y espero dejarle a mi hija algo con la que pueda armar sus sueños, las constancia y las ganas de siempre salir adelante.

Brilla.



Foto: iStock

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