Lena Dunham se somete a una extirpación de útero a los 31 años

Por Sole Hott @solehott | Jueves, 15 de Febrero de 2018
Lena Dunham se somete a una extirpación de útero a los 31 años

En sus propias palabras la actriz ha relatado a la revista Vogue USA cómo llegó a tomar la que se ha convertido en una de las decisiones más difíciles de su vida: realizarse una histerectomía. Detalles de los dolores, la superación física y psicológica, además de sus ganas y fuerzas para seguir adelante, son parte de un relato duro y en primera persona.

"¿Hay alguna posibilidad de embarazo?", pregunta la enfermera.

"Bueno, no desde mañana", responde Dunham.  

Así comienza a contar Lena, de 31 años, por qué debió someterse a esta intervención extrema. La creadora de la exitosa serie Girls, estuvo 12 días hospitalizada, previo a que le realizaran la histerectomía, tiempo en que se acostumbró a la lástima que sentían por ella enfermeras, doctores, y todo aquel que estuvo al tanto de su diagnóstico. 

Años de dolor derivados de una endometriosis crónica y médicos sin respuestas ni soluciones, la llevaron a tomar la drástica decisión. "Me registré en el hospital y anuncié que no me iría hasta que detuviesen este dolor o me quitasen el útero. No, de verdad, quítenmelo". Y no se equivocó. 

Durante la operación los doctores descubrieron que era mucho peor de lo que habían imaginado y a la endometriosis se habían sumado quistes y otras anomalías, que la actriz, directora y productora detalla. 

Lena Dunham deja muy claro que siempre había querido tener hijos, y si bien ya no los podrá gestar en su útero y una de las consecuencias de la operación podría ser quedar estéril, no se cierra a probar otras opciones como la adopción o la gestación subrogada. "Puede que antes sintiera que no me quedaban más opciones, pero ahora sé que las tengo. Pronto empezaré a explorar si a mis ovarios, que permanecen dentro de mí en algún lugar entre mis órganos y cicatrices, les quedan óvulos", ha escrito. Y si no lo consiguiera de forma natural, confiesa que "la adopción es otra posibilidad que perseguiré con todas mis fuerzas".

La actriz reveló además que supo desde un principio que algo iba mal con su útero. Y a pesar de que estuvo décadas luchando con la endometriosis, ningún doctor fue capaz de confirmárselo. Siempre le dijeron que podía haber "pérdidas" de darse un embarazo, pero hasta ahí.

En agosto el dolor se volvió insuperable y los exámenes no mostraban nada. "Con un dolor como este, nunca podré ser la madre de alguien. Aún si quedara embarazada, no puede ofrecerle nada", con estas palabras Dunham describe el nivel de dolor que sintió durante los últimos meses. 

Desde agosto a noviembre la actriz de encargó de tratar de erradicar el dolor a través de ejercicios para el piso pélvico, masajes, terapias para el dolor, acupuntura, yoga e incluso una breve, pero horrible, incursión en el masaje vaginal hecho por un extraño. Hasta que le preguntó a su doctora si era mejor que su útero estuviera fuera de ella. "Esperemos, y veámos", fueron las palabras de la experta. 

Dos días depsués, Lena tomó la decisión de que el "Esperemos, y veámos", había sido suficiente y se hospitalizó bajó la idea fija de ponerle fin al intenso dolor que llevaba sufriendo por años. Evidentemente un doctor no haría la histerectomía solo porque ella lo pidiese, pero a los seis días de su hospitalización hicieron un último intento por aliviar el dolor sin extirpar el útero, sin embargo, y por complicaciones médicas que ni ella puede comprender, terminó en 'trabajo de parto' por 7 horas. "Al final parecía que mis doctores por fin me concederían el hecho de que mi útero era una mala semilla". 

Admite que ella fue quien decidió terminar con el tratamiento, con el dolor y con la incertidumbre. Meses después, y luego de pequeñas complicaciones, se recupera perfectamente. "Mi mente, mi espíritu, son otra historia", admite. Y es que en sus propias palabras "Como tuve que trabajar tanto para que reconocieran mi dolor, no tuve tiempo de sentir miedo o pena. De despedirme. Tomé una decisión que nunca vi como una decisión, ahora siento que ese luto es un lujo que no puedo darme. Lloro, con grandes y estúpidos sollozos, sola en la tina de baño o en el lugar donde, en un terrible cliché, he comenzado a hacer manualidades".  

Y termina su relato confesando que "Quería saber lo cómo se sentían 9 meses de completo apego. Estaba destinada para el trabajo, pero no pasé la entrevista. Y no pasa nada. De verdad. Puede que no lo crea ahora, pero lo haré pronto. Y todo lo que quedará será mi historia y mis cicatrices, que ya están lo suficientemente descoloridas como para que sean difíciles de encontrar".






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