Guardar buenos recuerdos de la infancia podría mejorar tu salud

Por Carol Caro @karolglam | Jueves, 8 de Noviembre de 2018
Guardar buenos recuerdos de la infancia podría mejorar tu salud

La infancia es nuestra primera etapa de la vida consciente. Alrededor de los 5 años aprendemos a percibir el mundo desde emociones genuinas, que en el futuro nos ayudará a construir recuerdos de este bello tiempo. Un estudio reveló que parte de estos recuerdos y que se relacionan directamente con los padres, nos podrían ayudar a mejorar nuestra salud cuando nos convirtamos en adultos mayores.

La investigación fue realizada por la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos y determinó que quienes guardan buenos recuerdos, tienen menos probabilidades de experimentar depresión y menos enfermedades crónicas.

"Sabemos que la memoria juega un papel muy importante en la forma en que entendemos el mundo: cómo organizamos nuestras experiencias pasadas y cómo juzgamos cómo debemos actuar en el futuro. Como resultado, hay muchas maneras diferentes en que nuestros recuerdos del pasado pueden guiarnos", dice el autor principal del estudio, William J. Chopik,

"Encontramos que los buenos recuerdos parecen tener un efecto positivo en la salud y el bienestar, posiblemente a través de la forma en que reducen el estrés o nos ayudan a mantener opciones saludables en la vida", agrega este investigador, cuyo trabajo se publica en la revista 'Health Psychology'.

Los investigadores utilizaron los datos de la 'Encuesta Nacional de Desarrollo de la Mediana Edad en Estados Unidos' y el 'Estudio de Salud y Jubilación', con un total de más de 22.000 participantes. El primer estudio siguió a los adultos a la edad de 40 años durante 18 años y el segundo a adultos de 50 años o más durante seis años. Las encuestas incluyeron preguntas sobre las percepciones del afecto de los padres, la salud general, las condiciones crónicas y los síntomas depresivos.

Los resultados demostraron que ambos grupos coincidieron que los voluntarios experimentaron más afecto hacia sus madres en la primera infancia manifestaban menos cuadros depresivos y otras enfermedades crónicas. Los mismo aplica para quienes tuvieron un acercamiento más directo con los papás "El hallazgo más sorprendente fue que pensamos que los efectos se desvanecerían con el tiempo porque los participantes intentaban recordar cosas que sucedieron a veces hace más de 50 años. Se podría esperar que los recuerdos de la infancia importen cada vez menos, pero estos recuerdos aún predecían una mejor capacidad física y salud mental cuando las personas estaban en la edad madura y en la edad adulta mayor", comentó Chopik.

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