[COLUMNA] Carmen Castillo: Aprender a aceptar el error

Para aprender a aceptar el error, hay que entender que desde muy pequeños tenemos una cultura que penaliza constantemente el que alguien se equivoque, olvidando que todos nos equivocamos y es algo que forma parte del crecer.

Por lo mismo, te aseguro que si sacáramos el factor "Qué dirán los otros" sobre nuestros errores, nos pararíamos mucho más rápido hacia dónde queremos llegar.

Te dejo algunos pasos que a mí me han funcionado:

1. Dejemos de vivir por lo que pensará el resto

Condicionamos muchas veces a nuestro error a la opinión de otros antes del efecto positivo o negativo que podamos rescatar para nosotros, y es obvio. Si esperamos el apoyo positivo de otros, es bien difícil la cos,a ¿No?

2. Aceptar el error

Aceptarlo como proceso natural de vivir y estar en este mundo. Verlo como parte del aprendizaje dejando de lado cualquier carga negativa que pueda tener el haberlo cometido.

3. Reconocer en tu discurso lo que pasó

A veces lo que más duele es intentar esconderlo constantemente. Creemos que anularlo de nuestro discurso nos hará olvidar lo que pasó. A mi me ha funcionado aceptar y reconocerlo. Es liberador, les juro.

4. Proyectar el por qué sucedió

¿Para qué cosa me preparó esto? Tanto camino por recorrer y con este aprendizaje algo tuvo que quedar en el. No cerrarnos al aquí y al ahora, ver qué queremos a nuestro largo plazo y avanzar.

5. Trabajar la "Tolerancia a la frustración"

Comenzar la aventura sabiendo que se puede fallar, y tener plan A,B o C no nos cerrará a la única posibilidad que creemos posible. Esto debería ser ramo en la universidad, pero no lo es porque el sistema también te enseña que necesitas una carrera, y es casi pecado que no te guste a lo que llegaste y así.

6. No rendirse

No apoyar tus ganas sobre la vida en esa única cosa. Dejar de condicionarte en una cosa de mil que pueden pasar y te puede hacer crecer, lograr tus objetivos y ser feliz.

7. Brilla

Asumir que tenemos cosas buenas y cosas malas, trabajar las malas y potenciar las buenas. Dejar de creer que somos perfecto, partir de la base que nos podemos equivocar y avanzar.