Julio César Rodríguez recibió emotivo saludo de cumpleaños de su madre: "Él es mi niño para siempre"
El animador de "Contigo en la mañana" fue sorprendido en plena celebración de su cumpleaños número 56 con una llamada en vivo de su madre, Anita.
El animador Julio César Rodríguez vivió un cumpleaños número 56 inolvidable este miércoles en el matinal "Contigo en la mañana". En plena transmisión, el conductor fue sorprendido con un llamado en vivo de su madre, Anita.
El estudio de "Contigo en la mañana" se llenó de ternura cuando Anita, la madre de Julio César Rodríguez, se contactó con el programa para saludar a su hijo en su día. "Gracias a ustedes por quererlo. Él es mi niño para siempre", expresó con un cariño que traspasó la pantalla, desatando la emoción de todos los presentes.
Durante la conversación, madre e hijo rememoraron con afecto la infancia del periodista en el sur de Chile, evidenciando el estrecho vínculo que siempre han mantenido: "Siempre fuimos muy cercanos, a pesar de que me gustaba salir, siempre privilegiaba estar con ella", relató.
Uno de sus recuerdos más entrañables eran las noches de sábado que pasaban juntos: "Me quedaba en casa con ella, nos acostábamos, tomábamos leche y veíamos una película", contó con nostalgia el animador.
También evocaron uno de los momentos más difíciles para la familia: cuando un joven Julio César, de solo 17 años, dejó su hogar para irse a Santiago a estudiar. "Era puro llanto, lo extrañaba mucho", confesó Anita, recordando la tristeza que sintió al separarse de su hijo.
Pero la distancia no impidió que el apoyo materno continuara. Julio César recordó con gratitud las "encomiendas salvadoras" que recibía cada semana. "Mi abuelita me mandaba una cajita de remedios con 5 luquitas, que eran las más salvadoras", dijo entre risas.
La conversación no estuvo exenta de humor. Anita cerró con una divertida anécdota sobre las visitas que recibía su hijo en esa época. "Andaban muchas niñas, y yo lo negaba, decía que no estaba y que andaba estudiando", confesó entre carcajadas. Julio César, siguiendo la broma, reveló que a veces incluso tenía que escapar por el patio para poder ver a sus visitas femeninas, añadiendo una cuota de picardía al emotivo relato.