"Él me negó": El dramático testimonio del hijo oculto de Mauricio Israel que rompió el silencio

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Equipo M360
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En una extensa entrevista con "Primer Plano", Alexander Israel, de 25 años, contó por primera vez su historia de carencias tras ser negado por el comunicador.

En una emotiva entrevistas, el programa "Primer Plano" emitió la noche de este domingo el dramático testimonio de Alexander Israel, el "hijo oculto" del comunicador Mauricio Israel. A sus 25 años, el joven rompió el silencio por primera vez para relatar una dura infancia marcada por la negación, el abandono y la pobreza.


La historia de Alexander comenzó como fruto de una relación extramarital de Mauricio Israel, cuando este se encontraba casado con Carola Brethauer. Según el joven, la negación de su padre fue el primer gran golpe de su vida.


"Él me negó, hubo un ADN y en 2001 me reconoció como su hijo, y me dio su apellido (…) de ahí, hasta el año en que se fue del país, él le enviaba dinero a mi mamá", sostuvo.


Alexander confesó no tener memoria de haberlo visto en persona y relató cómo el quiebre afectó profundamente a su madre. "Ella colapsó psicológicamente, yo diría que se enfermó de amor (…) ella dejó de trabajar y comenzó a depender casi exclusivamente del ingreso que le enviaba Mauricio", explicó.


"Vivíamos con muy poco": Las secuelas del abandono


La situación empeoró drásticamente cuando Mauricio Israel huyó de Chile por sus problemas económicos. Con la fuente de ingresos cortada, Alexander y su madre tuvieron que irse a vivir a la casa de sus abuelos en La Pintana, en condiciones de extrema precariedad.


"Vivíamos hacinados, vivíamos con muy poco (…) eso fue desde los 8 años. Mi mamá decidió no meterme al colegio", afirmó, revelando que esto le generó un severo retraso en su aprendizaje.


El relato del joven se vuelve aún más crudo al describir su adolescencia. "Producto del hacinamiento y el aislamiento, yo básicamente viví encerrado y me perdí mi infancia y mi adolescencia (…) estuve desde los 14 hasta los 19 años durmiendo en un sofá de dos cuerpos, cosa que me trajo secuelas físicas", argumentó. Incluso aseguró que "hubo momentos donde yo no tenía para comer".


Pese a todo el dolor y las carencias, Alexander cerró su testimonio con una luz de esperanza, demostrando una increíble resiliencia. "Una parte de mi corazón sigue deseando que exista una relación, sigo deseando que él se acerque y me conozca", declaró.