"No tenía cómo vivir": El crudo drama económico de Álvaro Ballero que gatilló el fin de su matrimonio

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Equipo M360
Autor:M360

En "Primer Plano", el ex "Protagonistas de la Fama" confesó que tras ser despedido de Canal 13, no tenía dinero ni para el colegio de sus hijos.

En una de las confesiones más crudas y honestas del último tiempo, el exchico reality Álvaro Ballero reveló en "Primer Plano" los detalles inéditos del fin de su matrimonio de 17 años con Ludmila Ksenofontova. El comunicador contó que una grave crisis económica, sumada a su rol de padre y esposo ausente, fueron los detonantes de la dolorosa separación.


La noticia del quiebre entre Álvaro Ballero y Ludmila Ksenofontova sorprendió al mundo del espectáculo. Ahora, ha sido el propio ganador de "Protagonistas de la Fama" quien ha decidido contar la verdad detrás de la ruptura, un relato marcado por la angustia financiera y un profundo mea culpa.


Todo comenzó, según contó, tras su despido de Canal 13. Ballero admitió que llevaba un estilo de vida que no podía solventar y que, pese a las advertencias de su entonces esposa, no supo frenar a tiempo.


La crisis que lo dejó sin nada


La situación económica se volvió insostenible. En el estelar de Chilevisión, Ballero relató con brutal honestidad los momentos más duros de su crisis.


"Yo no tenía cómo vivir. Mi papá me apoyó. O sea, a veces para comprar las colaciones de los niños, 'depósitame veinte lucas'. Mi papá no es millonario, él vive de su jubilación", confesó.


La ayuda familiar fue su único salvavidas. "Mi hermana mayor le pagó el colegio a los niños durante un año, porque no teníamos cómo. Y en esa angustia, que te llamaran los bancos, que si no vendía la casa, yo decía 'nos vamos a ir a la calle'", agregó. Con el tiempo, reconoció sus errores: "No debimos haber llevado a los niños al colegio que lo llevamos (...) no debí tener el auto que tenía. Y esos fueron errores míos. Ludmila siempre me dijo que debimos llevar una vida más acorde a la realidad que tenemos".


A la crisis económica se sumó una crisis personal. Obsesionado con quitarse el estigma de "chico reality" y triunfar en el mundo corporativo, Ballero descuidó a su familia.


"Me equivoqué muchísimo. Yo trabajaba de lunes a viernes desde las 8 de la mañana y llegaba siempre pasado de las 10 de la noche a la casa. Y el fin de semana decía 'tranquilos, yo voy a trabajar' y me metía en mi computador", sostuvo.


Finalmente, cerró su testimonio con una dolorosa autocrítica. "Me metí a trabajar con ese pensamiento de que uno es solamente el proveedor. Para mí era mucho más fácil ser ejecutivo, ser trabajador, que ser papá, que ser esposo, que ser buen marido", concluyó.