Lisandra Silva revela una angustiante experiencia personal vinculada a los "Labubu" o "muñecos malditos"

La influencer y modelo cubana Lisandra Silva sorprendió a sus seguidores al compartir un crudo testimonio sobre su salud mental a través de sus redes sociales. En un extenso video publicado en su cuenta de Instagram, relató cómo ha estado enfrentando una fuerte depresión, insomnio, pensamientos negativos y hasta deseos de desaparecer, al punto de tener que cancelar compromisos personales y profesionales. Lo más llamativo del relato es que vinculó estos malestares al contacto que ha tenido con los populares muñecos coleccionables "Labubu".
"¿Los Labubu me están enfermando? Es solo una teoría, ya que no tengo pruebas ni evidencias", señaló Lisandra, abriendo el debate con sus seguidores. Según contó, todo comenzó el pasado 10 de mayo, cuando llegaron a su casa los primeros muñecos Labubu, pequeñas figuras de vinilo con apariencia de elfos o monstruos, muy populares como decoración o juguetes de colección.
Lo que inicialmente fue una alegría, con los muñecos ubicados en su cartera, habitaciones y hasta en manos de sus hijos, pronto se tornó en inquietud: migrañas intensas, sensación de pesadez mental, insomnio, y pesadillas constantes con contenido sexual o violento. "Siempre soñaba con orgías, pantanos, mafias. No soy una persona que consuma pornografía, así que no entendía por qué soñaba esas cosas", explicó.
Uno de los momentos más angustiantes de su relato fue cuando confesó: "Me encontré en el baño llorando, con esta sensación de que quería desaparecer, pensando cómo hacerlo. Fue muy duro. Nadie lo sabía, solo algunos cercanos a quienes les daba indicios de que estaba mal".
Buscando respuestas, Lisandra llegó a un video donde se hablaba de que los Labubu podrían estar vinculados al demonio mesopotámico Pazuzu, el mismo que habría inspirado al ente maligno en la película El Exorcista. Según explicó, esta figura demoníaca está asociada a la sexualidad distorsionada y la agresividad verbal, lo que para ella hizo sentido con la intensidad de sus sueños y síntomas.
Tras ver ese video, Lisandra decidió retirar todas las figuras de su dormitorio y dormir en otro espacio de la casa, experimentando así su primera noche de sueño profundo en semanas. "Dormí como 10 horas seguidas. ¿Será que estos monitos me están haciendo sentir así? ¿Qué hago con ellos? ¿Los entierro, los quemo, los regalo?", preguntó abiertamente.
Finalmente, pidió respeto en los comentarios, aclarando que no busca atacar a nadie ni afirmar algo sin pruebas, sino compartir su experiencia personal y abrir un espacio de conversación sobre cómo los objetos y energías del entorno pueden afectar emocional y espiritualmente a algunas personas.
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