[COLUMNA] Sofía Calvo: La guerra de las tallas

Por Sofía Calvo www.quintatrends.com | Martes, 30 de Enero de 2018
[COLUMNA] Sofía Calvo: La guerra de las tallas

¿Qué talla eres? Seguro que tu primera respuesta será titubear y responderás: "depende de la marca. En X soy 2, en Z soy 3 y en Y soy 1". Si bien ese dato puede resultar anecdótico, para muchas mujeres esta ambivalencia puede ser nefasta. Hoy le doy una vuelta.

¿Qué sensación tienes cuando tu talla no siempre es la misma? ¿Indiferencia, desconcierto, inseguridad? Si has experimentado alguno de estos sentimientos, no te extrañes. A mí también me ha pasado.

Lo anterior pareciera ser la antesala de algo peor, que se traduce en una horrible conmoción al darnos cuenta que, independiente de la talla, la ropa no calza. Es más, parece que fue confeccionada para cuerpos ajenos, con un molde incompatible con la realidad local.

En ese instante, el probador se transforma en territorio enemigo, y la tentación de salir arrancando se torna por momentos incontrolable. El deseo de esconder ese cuerpo incómodo, que no se ajusta a las telas, nos atonta.

Pero ¿soy yo o es la ropa? La evidencia empírica podría apuntar que el problema no se encuentra en mí, sino en la prenda. Si observamos la oferta de vestuario en el país, notaremos que las tallas responden a patrones internacionales, más que a locales. De hecho, la intención de hacer un estudio antropométrico siempre ha caído en un saco roto, porque no existen los recursos, ni la voluntad clara y fuerte de llevarlo a cabo.

¿El resultado? Una normativa de los 80s (modificada leventemente en los 90s) que habla sólo del Código de Tallas en términos genéricos; y un moldaje que, a veces, parece interpretar el cuerpo de los lugares de fabricación (Asia) y no de quienes lo usarán.

Para colmo, muchas mujeres no pueden vestir lo que desean, sino solo lo que encuentran, porque sus tallas no están presentes en el mercado. Esta realidad transforma el ejercicio de comprar ropa en una puñalada constante a la autoestima, aumentando la frustración y rabia cada vez que nos miramos al espejo.

Pero en esta guerra de las tallas no sólo perdemos las mujeres, sino también los hombres, que sufren situaciones similares de manera más silenciosa (en una sociedad predominantemente machista, parece que hablar de ropa es una preocupación sólo de féminas).

Ante este escenario, la moda de autor nacional ha buscado diversas alternativas de inclusión no sólo ampliando el espectro de tallas, sino también optando por el unisex y la talla única como la manera de amoldarse a los distintos cuerpos, sin apresarlos, privilegiando el estilo cómodo y relajado.

Ente upcycling, Nada Diseño y Javiera Acuña son algunos ejemplos de marcas jóvenes que desde un estilo muy urbano y poco convencional apelan a derribar las barreras de géneros y tipologías corporales.

Mientras Gaviota, Zurita, Sebastián del Real Ossa, Sr. González, por nombrar algunas, son etiquetas más consolidadas en la escena, que ofrecen algunas piezas que, desde la talla única, buscan brindar alternativas femeninas y elegantes, para quienes no desean transformar la talla es un "pero" diario.

No obstante estos esfuerzos, la moda chilena -desde los diseñadores al retail- todavía están en deuda. Al observar la ropa que cuelga en los percheros de las tiendas y la indiferencia con la que la mayoría del mercado se mueve ante esta situación, comprendemos que esta tregua dista mucho de ser el final de la batalla entre nuestro cuerpo y la huincha.

No me cabe duda, que en este caso, "la paz" sólo se alcanzará cuando cada una de nosotras sienta que puede vestir lo que desea -y no lo que encuentra-, sin complejos, ni restricciones.

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