[COLUMNA] Sofía Calvo: Vestir calzado chileno es una declaración de amor

Los zapatos tienen una especie de "magia negra" que seduce y nubla la razón. No importa cuántos tengamos en el clóset, su poder de atracción es casi irresistible. Pero lo que muchas no saben es que en el gran oceáno de pares que bañan nuestros pies, existe un grupo que aboga por la diferencia y busca encantar con un relato hecho en Chile. Hoy navegaremos por los mares del calzado de autor chileno.

El zapato es la prenda más inclusiva de todas. No importa nuestra apariencia, siempre habrá un modelo para cada una. Además, una de sus principales características es que puede "levantar" cuaquier look, robándose el protagonismo y llevando la vista al ras del suelo.

El zapato fabricado en Chile fue, hace pocos años, una especie de extinción. La llegada de las importaciones provenientes de Asia, a principios de los 90s, hizo que la industria agonizara.

Sin embargo, en la última década un grupo de jóvenes, nos ha demostrado que el oficio resistió la tormenta y está comenzando a salir un tímido sol en el horizonte.

Así quedó en evidencia en la Encuesta de Diagnóstico Económico del Calzado de Autor en Chile desarrollada por la consultora Matriz Moda en colaboración con ProChile y el patrocinio de mi sitio web, Quinta Trends (QT).

En ella se logra visibilizar a un sector que está ganándose un espacio en nuestro clóset de manera silenciosa, pero efectiva, a través de zapatos que la mayoría de las veces rondan entre los 60 a 80 mil pesos. Es decir, se ubican en una gama media alta, que podría considerarse como parte del nuevo lujo (asociado más a un valor simbólico que prohibitivo).

Pero ¿quién consumo este calzado? Para mí, vestir un zapato de diseño es señal de independencia de espíritu, de osadía controlada, de seducción estudiada y de seguridad ante la vida.

Me atrevo a afirmar lo anterior, porque estos zapatos se han transformado en objetos fetiches o de afecto, gracias a que no se marean con las tendencias, pero logran entenderlas, adaptarlas y resignificarlas en un lenguaje local. Es decir, comprendiendo que nuestros pies, no son cualquier pie, sino necesitan estética, calidad y comodidad para incluso llegar a ser heredados o usados hasta que "pase la ola".

En este portafolio de opciones existen alternativas tanto para conservadoras como vanguardistas, para amantes de los tacos como para quienes prefieren pisar firme, sin malabarismos.

Quizás muchas de ustedes han escuchado hablar o las han visto en redes sociales a marcas como Tada, D-Pie, Zapataria Lastarria, Alonso Gil, Camille, Bestias, Javiera Poch, Zapateria Maestra, Z&D Makers y La Sebastiana, quienes representarán, en septiembre, a Chile en la Feria de Calzado The Micam en Milán, Italia, demostrando que el zapato chileno, si tiene vocación de mundo.

Hoy vestir calzado chileno de autor no sólo es una opción de consumo, sino también es una declaración de amor a una industra, que busca conquistar otros mares, sin temor a nuevas tormentas.