Oler la comida ¡engorda! Así lo afirma un estudio

Por Javi Pacull @javipacull | Lunes, 10 de Julio de 2017
Oler la comida ¡engorda! Así lo afirma un estudio

Si ya poníamos demasiada atención a lo que comíamos, ahora también hay que hacerlo con lo que olemos. Parece que decir de broma “el aire engorda” tendría alguna base científica. Un reciente estudio publicado por Cell Metabolism ha comprobado que oler los alimentos engorda el doble que no hacerlo.

Sí, ¡Tal como lees! Un experimento hecho en ratones dividió a los animales en dos grupos: uno a los que les suprimió la capacidad olfativa y otro al que no. Ambos tuvieron la misma alimentación alta en grasas, sin embargo al cabo de un tiempo, el primero engordó solo un 10%, mientras que el que sí podía oler casi doblaron su peso.

La conclusión que sugiere el proyecto es que el oler tendría directa relación en la forma en que el organismo gestiona las calorías, es decir en la regulación del metabolismo. En términos sencillos, si no se tiene la capacidad de oler la comida las calorías se quemarían en lugar de almacenarlas.

“Esta publicación es uno de los primeros estudios que demuestra que si manipulamos los inputs olfativos podemos alterar cómo el cerebro percibe el balance energético”, dijo la directora del artículo, Céline Riera, de la Cedars-Sinai Medical Center de Los Ángeles.

Lo anterior se explicaría, en parte, porque los ratones, al igual que los humanos, son más sensibles a los aromas cuando están hambrientos que cuando se han alimentado. Esto podría significar que cuando no existe olfato el cerebro se engaña pensando que ya ha comido.

“Los sentidos juegan un papel en el metabolismo. Ganar peso no es solamente el resultado de las calorías que se consumen, también se relaciona con cómo se perciben esas calorías”, agregó Andrew Dillin, investigador del Howard Hughes Medical Institute y director de Investigación sobre Células Madre del Thomas and Stacey Siebel.

De certificarse este descubrimiento en los humanos, presentaría un gran desafío a la industria farmacéutica, pues podría desarrollar un medicamento que no interfiriera con el olfato, pero que bloquee esos circuitos del metabolismo.

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