[COLUMNA] #MuyPersonal Sole Hott: sobreviví a la experiencia KO

Hace un par de días llegó a Chile una nueva forma de hacer ejercicio llamado KO el que combina el boxeo con entrenamiento militar, artes marciales y yoga. Con 8 años de trayectoria en Perú y bajo un concepto integral de entrenar para ser feliz, desintoxicar tu cuerpo y liberar tu mente, decidí ir a probarlo.

Las palabras militar y boxeo llamaron mi atención, me vi todas las versiones de Pelotón y encontraba que no había nada mejor que te gritaran en el oído "¡VOH DALEEEE!", además me hace sentir como Gary Medel, y ¡quién no quiere sentirse como el Pitbull! El punto es que cada vez que el instructor lo hacía, el recluta, sin importar lo mal que lo estuviera pasando, terminaba el ejercicio. Además, conozco a una de las KO Trainers, Barbara Peschiera, había entrenado con ella y ya podía imaginar algo de cómo serían las clases. ¡Duras! Algo de miedo tenía. 

Pero me motivé, recluté a un par de amigas para sufrir en grupo y ahí estaba a las 6.20 am en el KO Uban Detox Center. Justo me tocó una clase que daba Barbara. Bastaron 15 minutos para tener la polera empapada, pedir a gritos una toalla y mucha agua. El trabajo es muscular y cardiovascular, de alta intensidad y trabaja todas las partes del cuerpo, y se siente. De ese tipo de ejercicio que mientras lo haces piensas "mañana esto va a doler". Y dolió, pero es dolor del bueno como dice Barbara.

Pega aquí, patea allá, no pares de saltar, y todo otra vez. Cuando creí que ya no podía más venía el grito motivacional "DALEEEEE SOLEEEEE", fin, con esto bastó, ahí estaba el grito que necesitaba para sentirme Gary, aguanté, terminé la clase y ese logro es el mejor premio que puedes recibir. No solo estaba desocupada a las 7:20 de la mañana y con mucha pila, sino que había superado una clase de KO y me sentía livianita. Intensidad pura, fuerza y aguante, en una hora que se pasa volando y es un verdadero detox.

Esta semana fui de nuevo y la sensación fue exactamente la misma. Patear el punching bag a las 6.20 am te libera completamente, sea lo que sea que te está molestando, o por el simple hecho de liberar energía, esa patada va con todo y quieres volver a patear.

Te invitan a liberar lo que NO suma, para acercarse a personas, situaciones y pensamiento que SÍ suman, saliendo de ahí contagiada de la mejor vibra...y lo logran. No es ni más ni menos que eso. Y como dice su fundadora, Ale Llosa, su misión es hacerte feliz. Tuve la oportunidad de conocerla y una parte de una de las clases la hizo ella, su energía y power es de alto impacto, y lo bueno es que es algo que se contagia y que todos los trainers comparten. Es como si tuvieran reservas de energía y felicidad extrema. 

Sí vas a sentir que no puedes más, sí vas a mojar la polera como nunca lo has hecho, sí te va a correr la gota, o más bien muchas, sí vas a creer que es la hora más larga de tu vida y sí vas a salir con el pelo empapado, pero la sonrisa en la cara no te la va a quitar nadie y tu cuerpo lo agradecerá toda la semana. Y vas a querer volver a sentirlo.

KO es una experiencia que tienes que vivir aun cuando yo les cuente de lo que se trata. Las clases tiene 2 lados: el más guerrero, del que les hablé, y el más calmado llamado KO Soul Yoga. Y dicen que cuando ambos se encuentran no hay quien te pare. Lo único que te piden es la cara llena de risa y las ganas de querer botar todo lo malo.

Ya me preparo para mi tercera clase y la espero nerviosa. Nunca sabes qué trainer te va a tocar y cuántos punching bags vas a golpear o patear, pero lo que sí puedes dar por seguro es que vas a liberar y recargarte de buena energía.

"Solo estando fuertes y conectados con nuestro yo interior, podremos encontrar la mejor versión de nosotros mismos", la frase de Ale que te da la bienvenida y resume a la perfección lo que es KO.

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Foto: gentileza KO