Gritar mientras hacemos ejercicio, ¿sirve de algo?

Estás en el gimnasio y escuchas a alguien que grita. "¿Por qué lo hace? ¿Servirá de algo?", te preguntas. A la ciencia también le generó curiosidad y, por lo mismo, decidieron estudiar esta particular costumbre deportiva. 

Si creías que los hombres que levantaban pesas en el gimnasio lo hacían para llamar la atención, la respuesta es otra. Según una investigación realizada por la Universidad de Drexel, el grito influye. Realizaron un experimento en el que marcaban la fuerza aplicada una vez sin gritar, y luego con. El resultado arrojó que, gritando, la fuerza aumentana en un 10%. 

Pero no es solo en el gimnasio, un partido de tenis también puede ser un buen lugar para gritar. Y así lo confirma el The Journal of Strengtj and Conditioning Research. En este se sugiere que tanto la velocidad como la fuerza muscular, aumentan cuando los tenistas gritan. 

La explicación científica detrás del gruñido deportivo apunta a que los gritos aumentan la potencia de las señales eléctricas (estímulos) que nuestro cerebro envía a los músculos para que estos se contraigan. Además, aumenta la tolerancia al dolor. 

Otros estudios más antiguos aseguran que la tensión muscular asciende un 12,5% cuando gritas. 

Y así como la explicación fisiológica, también hay una psicológica, y es que sirve como motivación personal. 

En conclusión, y según las investigaciones citadas, quien grita en el gimnasio tiene un sentido fundamentado, aún cuando aquella persona lo esté haciendo para llamar la atención o por simple manía.