¿Primera vez en el gimnasio? 12 momentos incómodos que no podrás evitar

Por Sole Hott @solehott | Miércoles, 15 de Febrero de 2017
¿Primera vez en el gimnasio? 12 momentos incómodos que no podrás evitar

Me acuerdo perfectamente de la primera vez que me inscribí y entré en un gimnasio. Fue raro, incómodo y hasta hubo momentos de vergüenza. Y es que corro hace casi siete años, pero siempre lo había hecho al aire libre, decidí hace algunos años darle la oportunidad al tema indoor.

Ahí descubrí que los gimnasios son un mundo aparte, que ser el nuevo es reconocible y conlleva todo un proceso de adaptación. No te ubicas, la gente te mira, básicamente no sabes usar ninguna máquina y siempre se te olvida algún accesorio importante el primer día. Lo bueno, le pasa a todos los nuevos. Lo malo, si no lo superas, defitivamente no es tu lugar.

Si tuviste esa primera vez, recordarás haber vivido alguno de estos momentos que a continuación te contamos y, si te acabas de inscribir o estás pensando en hacerlo, te ayudarán a superar el reto, porque puede llegar a ser una experiencia poco amable.

1. La próxima semana empiezo

Aunque no lo queramos admitir, uno se inscribe y hasta ahí llegamos. ¡Ya cumplí! Pero el desafío real es efectivamente pisar el gimnasio. La primera semana siempre habrá una excusa para no ir y el día que decides toma el impuslo sabes que no habrá vuelta atrás. O vas y te quedas para siempre, o te planteas el haberte inscrito en primer lugar.

2. Se me quedó esto, eso y lo otro...

Es el clásico de novatos. La primera vez lo más probable es que se queden cosas como el candado del locker, porque nadie anda dando vueltas por el gimnasio con el bolso, la cartera, los zapatos, etc. Otro ítem que se suele olvidar es la toalla, no todos los gym te pasan una así que mejor echa la tuya al bolso y aprovecha de meter las sandalias también. El piso del baño siempre te va a dar cosa, por más limpio que esté.

La mini-toallita. No es de mona, ni de pro, es útil. 20 minutos en la bicicleta o la trotadora y vas a empezar a sudar, tener la toallita a mano ayuda. Si vas a hacer ejercicio sí o sí tienes que hidratarte así que no olvides la botella (este ítem además se pierde, más de alguna vez).

3. El camarín... Y aquí ¿dónde me cambio?

Entras, hay cuerpos que se pasean y se desnudan frente a ti. Algunas tienen un máster en cambiarse sin que se les vea nada que no quieran mostrar, y hay otras completamente desinhibidas que no tienen problemas con mostrarle al mundo sus bodys. Y la gente desnuda te va a hablar, aunque lo evites, te saludan, te piden permiso, incluso pueden pedirte el desodorante si lo olvidaron. Si no tienes problemas con estar desnuda en público, has superado esta fase, pero si lo tuyo no es el exhibicionismo... lograrás acostumbrarte o encontrarás la forma de convertirte una experta en vestirte envuelta en la toalla.


4. Por dónde parto...

Saliste del camarín y comienza la fiesta. ¿Parto con cardio, corro primero, bici después o serán las pesas? Si no tienes idea, porque el ejercicio nunca ha sido lo tuyo, no dudes en preguntar a alguien del gym. Por lo general, ellos mismos ofrecen hacerte un plan de ejercicios. La primera opción siempre será la trotadora, parece verse más amigable y fácil de usar. Pero ojo con las velocidades, quizás por ahí la elíptica es una mejor opción para empezar y no salir volando de la trotadora. El nuevo siempre está en la elíptica.

5. ¿Cómo se usa esto?

La bicicleta, la elíptica o la trotadora ya han sido superadas. Ahora viene el momento pesas y las máquinas, el espacio masculino por excelencia y donde todos parecen saber lo que están haciendo, de hecho, algunos lo saben. Y vuelvo a lo de antes, o decides superar este momento haciendo un poco de cada cosa copiándole a alguno de los musculines o de las que se vean más fit, o bien, pides ayuda y sigues un plan. No podrás evitar el cuestionamiento básico: ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Será demasiado peso? ¿Era piernas primero y después brazos? Y te dará vergüenza, uno cree que se ve como tonta haciendo las cosas, y sí te ves algo torpe, pero no importa. La verdad es que uno cree que todo el mundo te observa en el gimnasio, pero la gente está demasiado concentrada en su música o en las calorías.


6. Sudor en todas partes

La transpiración es el denominador común en un gimnasio, es parte de la actividad física por lo que no lo puedes evitar y las máquinas tampoco. Y tendrás que superar el sentarte en una máquina mojada, literal. Ahí es donde la toalla nuevamente te puede salvar. Esperas que se ventile y seque sola, pero alguien más puede quitarte el lugar, lo secas con toalla, o asumes y solo te sientas.

7. Siempre habrá alguien listo para quitarte la máquina

El punto anterior nos lleva a superar la frustración de haber estado esperando el turno para usar algún aparto y que en un abrir y cerrar de ojos otro más vivo te quite el lugar. En el gimnasio hay códigos y esas cosas pasan, no discutas ni lo mires con cara de pocos amigos, es casi un rito de iniciación, tienes que vivirlo para que no te pase de nuevo. Lo mismo pasa con aquellos que hacen series, se bajan unos segunos de la máquina para luego volver a usarla. Mejor previene  con el "¿la vas a seguir usando?". Quizás la puedes compartir.

8. Compararse, un mal inevitable

Este momento llega sí o sí. Te paras en la trotadora y le miras el monitor a la vecina. "Está corriendo con más inclinación", "Le puso más velocidad, no puedo ser menos", "Lleva 40 minutos y yo estoy muriendo en el 15". No te dejes intimidar por el de al lado, cada cual a su ritmo.


9. Esta ropa no me sirve

De todas maneras, alguna de las prendas que elegiste para esa primera vez no va a se la indicada. Si no es la tela de polera, es el tipo de peto, las zapatillas o las patas. Se te ve todo cuando te agachas porque fuiste con short, la polera es de algodón por lo que termina estilando, el peto no bastó para controlar tus bubbies y las zapatillas... definitivamente hay que invertir.

10. La programación de la tele te llama la atención

Es raro que un gimnasio no tenga televisores y es como protocolo fitness obligarte a ver deporte mientras haces ejercicios. No luches contra el fútbol, que de partida no tiene nada que ver con lo que estás haciendo, pero básicamente es el único deporte televisado 24/7. No confundir, yo amo el fútbol, pero entiendo que hay personas que preferirían ver noticias o una película. Sin embargo, el primer día te lo cuestiones, pero no cambiará, así que únete o dale play a Netflix o Spotify en tu celular.


11. Esperar, esperar y no se baja de la máquina

Te pones en la máquina de al lado, su marcador dice que le quedan 20 minutos así que decides esperar. Cuando se acerca al cero, cuenta regresiva y crees que dejará la máquina, te sientes en la gloria, más no... resulta que el tipo es adicto a esa máquina en particular y vuelve a ponerle 30 minutos. No insistas, busca otra.

12. Creer que la recompensa es comer

El error más grande. Y el que un experto te ninguneará siempre. No por haber ido al gimnasio significa que puedas soltarte las tiendas comiendo. Y correr 1 hora en la trotadora pensando "llegando a mi casa voy a cocinar tal y cual", no es la idea de hacer deporte.

Si superas todo esto, has cumplido el desafío del primer día, y si vuelves al día siguiente puedes sentirte aún mejor. Y sí, puede ser un poco ridículo comentar esto, pero la realidad es que esto pasa y es bacán saber que no eres la única.

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