Maly Jorquiera recuerda difícil época cuando su madre estaba enferma: "Me arrancaba de mi casa"

Durante la noche del lunes, se emitió un nuevo capítulo de De tú a tú, donde los invitados a conversar con Martín Cárcamo fueron Maly Jorquiera y Sergio Freire, quienes se conocieron cuando trabajaban junto en el extinto programa "El Club de la Comedia".

La actriz recordó junto al animador la difícil y larga batalla contra el cáncer de mama que dio su madre, que en un comienzo era de mama, pero terminó por ramificarse a todo su cuerpo.

"Yo arrancaba de mi casa. Lo digo con la culpa y la disculpa de que era joven. Tenía 21 años. De no verla volver. Teníamos la posibilidad de ir a buenas clínicas. Ella ya no sentía sabor, perdió olfato, el oído. Y cuando ya no nos quedaba más plata la metimos en un experimento, porque podían tener de forma gratuita medicamentos", le contó primero a Martín.

La comediante aseguró que si bien en ese momento intentaron todo lo que estaba a su alcance para tratar su enfermedad, ahora haría las cosas diferentes. "Si yo tuviera esta edad, y mi mamá estuviera así, arrendaría una casa en la playa, cueste lo que cueste, la pongo mirando al mar con morfina, y no le haría lo que hicimos. Pero teníamos, mi hermana 19, yo 22, no entendíamos nada. Fue una muerte muy dolorosa", dijo, recordando los agudos malestares físicos de su madre.

Luego, Maly habló sobre la noche que se enteró que su mamá estaba desahuciada. "No recuerdo una noche más horrible. Conectas con la muerte. Que esa persona que está ahí no la vas a volver a ver. Esa noche se me salían las vísceras, el alma, no sabía cómo...era muy fuerte saber que ya estaba, que se iba a ir, y que no estaba consciente para poder disfrutarla", agregó.

"Mi mamá hablaba tonteras, estaba delirando en el dolor", añadió Jorquiera, para luego relatar el día antes que falleciera su madre. La actriz recuerda que tuvo una notoria mejoría y que incluso, se levantó de su cama, motivo por el cual ella decidió irse a dormir donde su pololo de aquella época. Al día siguiente, su papá la llamó para informarle sobre el fallecimiento de su madre.

Aunque en un principio Maly sintió que quedaron muchas cosas pendientes entre ellas, y que optó por la evasión de dolor por medio de fiestas y vicios, finalmente decidió someterse a terapias que la ayudaron a sobrellevar la pena: "la evasión tiene su costo. Cuando no vives los lutos, se repiten. Yo decía, tengo que limpiarme para ser una buena mamá. Igual la voy a embarrar, pero voy a hacer lo mejor que pueda. No quiero pintarle al Lucas una vida de fantasía. Me limpié de todas esas cosas. Ahora estoy súper bien, contenta de lo que soy y de lo que no soy", sentenció.