Pulpo, por qué deberías darle una segunda oportunidad

Ya sea al olivo o grillado, el pulpo se ha convertido en uno de los cefalópolos más populares del mundo gastronómico debido a su carne de calidad y también a su valor nutricional. Y es que la lista de propiedades beneficiosas solo suma y sigue. 

Excelente calidad proteica, además de un bajo contenido en grasas, por ende el contenido calórico es bajo, al igual que su nivel de colesterol. 

Dentro de sus propiedades nutricionales también se encuentra el gran contenido de minerales que contiene, como selenio, yodo, fósforo, calcio, sodio, zinc y magensio. Su aporte en vitaminas también resulta importante, sobre todo porque es rico en vitmaninas del grupo A, B y E. 

En el caso del yodo, es beneficioso para nuestro metabolismo, ya que regula nuestro nivel de energía y el correcto funcionamiento de las células. 

Además, como alimento es un remedio para combatir enfermedades como el asma, la arteriosclerosis, la bronquitis, la arritmia cardiaca, la insuficiencia pancreática, el raquitismo y muchas otras.

Por si fuera poco, también fortalece la piel, los músculos, el cabello y las uñas gracias a su alto contenido de proteínas.

¿Cómo cocinarlo?

El temor que casi todos tenemos es que, al cocinarlo, quede duro. Ya que es justamente esta "mala textura" la que hace que a muchas personas no les guste. 

Para evitarlo, los expertos recomiendan congelar el pulpo por dos o tres días antes de cocinarlo, así el frío rompe sus fibras pero no acaba con su sabor. Si no hay tiempo para congelarlo, la mejor forma de romper las fibras es golpeándolo para que se ablande. 

Otra de las ventajas que tiene el pulpo es que, a diferencia de los calamares, por ejemplo, se puede comer completo, ya sea su cuerpo como sus ocho tentáculos. Solo debes recordar limpiarlo muy bien. 

Hervido, al horno, guisado o grillado, su tiempo de cocción dependerá de su tamaño. Pero el promedio suelen ser 20 minutos. 

¿Te animas a darle una segunda oportunidad y prepararlo?