[COLUMNA] Karen Uribarri: El trastorno obsesivo compulsivo y la sexualidad

Esta es una de las enfermedades más caricaturizadas por quienes desconocen su verdadero trasfondo. Y no son pocos los que la padecen. En Chile más de cien mil personas padecen Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), una compleja patología psiquiátrica que el AUGE no cubre. Y si bien el TOC más conocido es aquel que está relacionado a la higiene y el orden (de allí que la gente sólo los considere neuróticos o excéntricos), lo cierto es que existen muchas más categorías en esto.

"El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno psiquiátrico, con diferentes edades de inicio, niveles de severidad, comorbilidades, y dimensiones sintomáticas, pero es siempre severo en sus consecuencias, ya que deteriora la calidad de vida del paciente y su entorno. La forma de presentación es homogénea en cuanto a la presencia de sus síntomas primarios: ideas obsesivas y compulsiones, con el consecuente malestar, ansiedad, angustia o asco; y heterogénea en cuanto al contenido que estos síntomas adquieren en cada caso. Es importante recordar que este trastorno tiende a ser crónico, e improbable que se resuelva por sí mismo, sin el tratamiento adecuado y ofrecido por los profesionales especializados", explica el Dr. Ricardo Pérez Rivera, médico psiquiatra y sexólogo clínico argentino.

Y, evidentemente, la sexualidad es un área que se ve afectada por el TOC, y los pacientes suelen padecer dificultades como falta de sensualidad, anorgasmia, insatisfacción con su vida sexual y evitación del encuentro sexual.

Una parte de la intimidad es revelar a la pareja información íntima, datos personales que no pueden trascender, confiar en el otro. Hay evidencia indirecta en la que se demuestra una importante dificultad para confiar en la pareja en estos pacientes.

Si bien, como te decía antes, hay varias categorías o temáticas del TOC en sexualidad, te puedo contar que algunas señales de que está presente es: Mayor aprehensión a contagiarse algo, dificultad con los fluidos, conductas repetitivas de chequeo, etcétera. Muchos pacientes temen la aparición de pensamientos "intrusos" durante momentos de contacto sexual. El temor de que estos pensamientos invadan un espacio personal hace que muchos eviten el sexo con sus parejas. A la larga, esto puede dañar la relación de y causar mayores problemas.

"Para tratar a una persona con TOC hay que poder ayudarlo a aproximarse a su sexualidad, rehabilitar los recursos sociales e interpersonales, y desde allí tener otra actitud frente a la vida. Al medicar a un paciente obsesivo hay que pensar tanto en los efectos adversos como en la eficacia del tratamiento instaurado, de otra manera se limitará el alcance del bienestar, incluso atentando contra la continuidad del tratamiento", concluye el Dr. Pérez Rivera.

Como siempre digo, hay solución. Sólo debes tener voluntad para poder tratar lo que te acongoja o llevar de mejor forma lo que incomoda. Suerte.