Paula Pavic señaló que Chino Ríos, su marido, debe "sanar la rabia"
Ayer, Marcelo Ríos fue noticia pues fue despedido como entrenador de Juncheng Shang, promesa del tenis con quien aceptó trabajar hace dos meses. De inmediato el ex número uno se transformó en blanco de burlas y críticas. A diferencia de otras veces, el ex deportista permaneció en silencio, sin embargo su esposa, Paula Pavic salió en su defensa.
"Algunas personas se han preguntado (tratando de denigrarlo) si terminó el colegio (cosa que si hizo) pero más allá de eso él no necesitó estudiar más para lograr su objetivo. Él tiene un máster en resultados y ahora más que nunca quiero que me muestre el camino porque yo también quiero tener la disciplina para lograr mis resultados", comentó Pavic en Instagram.
Sin embargo, en conversación con LUN, Paula aclaró que no se trató de una defensa, sino de un reclamo a quienes aprovechan sus instancias sociales en las redes para hablar mal de su pareja.
"La gente cree que lo hablé era para defender a Marcelo. No lo estoy defendiendo ni tampoco estoy de acuerdo con las cosas que él dice y se lo digo. Lo que alegaba en el live es que la gente viene a mi espacio a sacarme en cara cosas que dice él", comentó.
Falta de Inteligencia emocional
La mujer del ex tenista sabe todo lo que ha tenido que enfrentar su marido para estar donde está. Su diagnóstico es claro: Marcelo no sabe manejar la inteligencia emocional.
"A Marcelo le faltó toda la vida alguien que le enseñara a manejar la inteligencia emocional. Le falta manejarla. Él podría ser un coach motivacional para un montón de generaciones, pero el tema es que como nunca trabajó su inteligencia emocional, no sabe cómo manifestar hacia afuera", explicó Paula, quien además señaló que cada vez que Chino "explota", mantiene largas conversaciones con él.
Pavic es conciente de la mala energía que recibe su marido luego de sus declaraciones desde la rabia. Esa emoción es justamente la que ella cree que Ríos debe sanar.
"Es fácil opinar cuando él prendía la tele cuando era joven y veía que lo hacían papilla, debe haber sido una presión heavy para un niño. ¿Cómo manejas esa situación si no hablas con nadie? Te creas una barrera tan grande que te llena de rabia; él tiene que sanar esa rabia que se acumuló por tanto tiempo", comentó.