No todos los niños se chupan el dedo, y algunos incluso lo hacen dentro de la guata de sus mamás. ¿Cuál es la razón detrás?
Según los expertos se trata de una conducta habitual y fisiológica de las guagua y niños a temprana edad. Y que incluso ha sido capturado en ecografías dentro del vientre materno. Pero la curiosidad también capturó la atención de los científicos, y uno de ellos, Donald Winnicott, se dedicó a estudiar este particular comportamiento infantil.
Según este pediatra, psicoanalista y psiquiatra, se trata primeramente de un acto de transición, que marca el movimiento entre lo externo e interno, lo extraño y lo familiar, comportándose como un objeto simbólico que toma el rol de la presencia materna durante su ausencia.
Este objeto transicional aparece cuando comienzan a separarse de la mamá. Y es ante esa ausencia que aparece el pulgar, el osito o el chupete, entre otros. Es decir, simboliza la ausencia de la madre, pero al mismo tiempo, le da seguridad y confianza al pequeño.
Otros profesionales en la materia lo catalogan de un acto reflejo que tiene sus inicios dentro del vientre y permanece por un par de meses luego de nacer. Y coinciden en que proporciona tranquilidad y seguridad a las guaguas.
El 80% de los niños suele chuparse el dedo, y luego a los dos o tres, lo dejan de hacer. Es algo normal dentro de la evolución del pequeño, pero si esto perdura a mayor edad quizás se debe consultar a un experto, para descubrir la razón.
Que un niño de un año se chupe el dedo para dormir, es completamente normal. Pero si enfrenta una situación nueva con dicho acto, podríamos esrtar frente a un niño que necesita quizás apoyo psicológico. Y res que además, si esto perdura hasta los 7 u 8 años, por ejemplo, pueden haber explicaciones emocionales que responden ante el hábito.
Y en estos casos pueden haber también consecuencias del tipo físicas como problemas en la mandíbula, deformaciones a nivel del paladar, dientes, etc.
Ante esto los expertos recomiendan observar el hábito. En el caso de haber pasado los dos años se debe identificar por qué se sigue chupando el dedo, ya que así se puede trabajar en ello. Cualquiera sea la razón puede ser erradicado por los mimos padres, o bien, recurrir a un experto para seguir los pasos adecuados y lograr que lo deje sin causarle estrés o un trauma al pequeño.