Máximo Menem sobre su mamá durante el cáncer: "No sé qué habría hecho sin ella"
El 2018 fue un año que marcó un antes y un después en la vida de Máximo Menem y Cecilia Bolocco. Es año y luego de mucho tiempo sintiendo extraños síntomas y dolores de cabeza, se descubrió que el hijo de la Miss Universo tenía un tumor en la cabeza.
En la actualidad, Máximo se encuentra sano. Superó el tratamiento y hoy es uno de los embajadores de Fundación Care, institución creada por su madre para ayudar a los enfermos de cáncer.
Máximo ha hablado algunas veces sobre el proceso de su enfermedad, sin embargo pocas veces lo hizo como en su reciente conversación con el espacio online "Somos tu voz". En la entrevista el joven contó detalles de cómo se fue gestando el cáncer en su cuerpo.
"Todo el año 2018 tuve síntomas muy raros, era inexplicable. Tenía temperatura de 37,1 de fiebre, de temperatura, todos los días", contó Menem.
El día que cambió todo
"El martes 13 de noviembre de 2018, me despierto y me dolía la cabeza. Le digo a mi mamá, y me responde: 'Qué raro. Si no está yendo al colegio por qué inventaría esto ahora'. (...) Luego de ducharme comienzo a sentirme pésimo, voy al baño y vomito de la nada. Me miro al espejo y dijo: 'Esto no está bien'", comentó el joven que para entonces ya había ido siete veces a la clínica durante el año y siempre había recibido el mismo diagnóstico: migraña.
Preocupada, la ex Miss Universo decidió ir más allá y no quedarse con la primera explicación médica.
"Mi mamá habla con la doctora y dice:'Háganle de todo, todo tipo de exámenes, lo que sea. Es la séptima vez que venimos a la clínica y le dicen lo mismo'. Me hacen escáner y un PET (Tomografía de emisión de positrones), ahí salió el tumor del porte de una pelota de tenis", contó el joven.
Cecilia Bolocco fue la guerrera que Máximo necesitó en ese difícil momento. No se apartó de su hijo y le entregó seguridad.
"No sé cómo explicarle que nunca sentí miedo. Mi mamá fue fundamental en eso, no sé que habría hecho sin ella, estuvo acompañándome en todo. Me decía que estaba sano, y era verdad. Sólo tenía que sacarme esa cosa e irme a la casa", reveló Máximo.
Afortunadamente, así fue y hoy Máximo es un joven sano y normal que planea su futuro universitario.