¡Hemos hecho todo mal! Afirman que los endulzantes artificiales engordan

Por Javi Pacull @javipacull | Miércoles, 16 de Agosto de 2017
¡Hemos hecho todo mal! Afirman que los endulzantes artificiales engordan

Así como durante mucho tiempo depositamos toda nuestra confianza en que el aceite de coco era mucho más beneficioso para la salud que el aceite de oliva -situación que hace poco fue desmentida por un estudio universitario-, la historia se vuelve a repetir, pero esta vez con los endulzantes.

Ya sabíamos que no eran del todo saludables, pero que al menos no nos hacían engordar como el azúcar refinada. Sin  embargo, un nuevo estudio tira por la borda el esfuerzo que llevamos haciendo por años.

Un estudio de la Universidad de Manitoba, en Canadá, revisó 37 trabajos sobre endulzantes artificiales, llegando a la conclusión que su uso prolongado en el tiempo se asocia a un aumento de peso, así como también a problemas cardíacos y metabólicos.

Según Paulina Hernández, nutricionista y jefa del programa Vivir Bien de Sodexo,  este análisis sugiere que el consumo de endulzantes no nutritivos, como es el caso de la sucralosa, stevia, tagatosa, xilitol, sirope de agave, etc, está relacionado con el aumento  de peso corporal, hipertensión, obesidad, diabetes mellitus tipo 2, infartos y eventos cardiovasculares.  


Entonces, ¿en qué debemos fijarnos al momento de elegir un endulzante?

Al momento de seleccionar el que nos llevamos a casa, es importante que sepas que la tagatosa es el menos dañino, aunque como es el más nuevo no existe un análisis completo al respecto. Si bien se ha visto que resulta eficiente para personas diabéticas que necesitan mantener su peso a raya, no se ha obtenido el mismo efecto en aquellas con el ácido úrico alto. Estas tienden a engordar con este endulzante.

Ante la incertidumbre de la industria alimentaria, que un día dice que "X" alimento es bueno para nuestro objetivo y al tiempo lo desmiente radicalmente, la experta en nutrición recomienda “intentar acostumbrase a sabores menos dulces, pues el umbral de este sabor es adquirido e independiente de cómo otorgamos el sabor dulce a las preparaciones o bebidas. Hace que este aumente a medida que nos acostumbramos a por ejemplo, un té más dulce”, afirma.

En este escenario lo mejor es acostumbrarnos al dulzor natural de los alimentos. La forma más fácil es ir reduciendo gradualmente la cantidad de endulzante adicionado y ponerse metas semanales hasta eliminarlo por completo.

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