Según la ciencia, la fobia a los arácnidos tiene una explicación, y no resulta ser algo al azar. Un reciente estudio realizado por la Universidad de Columbia en Estados Unidos, concluyó que la clave está en la evolución humana.
La investigación reveló que en tiempos primitivos, las arañas fueron una gran amenaza para los seres humanos debido a los venenos que las diferentes especies pueden tener. Además claro, de la capacidad para esconderse, y también aparecer, ante los humanos.
Es más, en etapas tempranas de la evolución humana, sobrevivieron, en parte, aquellos con la capacidad para detectar este tipo de animales. Por eso los investigadores sugieren que esta fobia está en nuestro ADN.
Y es que evidentemente, nuestros ancestros estaban en real peligro ante el encuentro con alguna araña venenosa. Aún si no era del tipo mortal, la picadura podía provocar una herida grave, o bien, síntomas que los dejaban inacapacitados durante días o semanas. Y esto último, también significaba un riesgo.
Pero, por qué solo pareciera ocurrir con las arañas. Para algunos psicológos, los humanos lo tenemos 'sintonizado', justamente por el hecho de ser un factor presente a lo largo de nuestro proceso evolutivo.
Hubo otros insectos ante los cuales nuestros antepasados tuvieron que enfrentarse, pero todo indica que fueron más concientes de la existencia de las arañas y sus picadores como una potencial arma mortal. Y según uno de los líderes del estudio, hasta nuestro sistema visual puede haber 'guardado' e mecanismo de alerta.
Durante las investigaciones al respecto, las arañas siguen siendo la primera amenaza detectada por los humanos, incluso antes que una aguja.
La aracnofobia continúa siendo un miedo real y recurrente, aún cuando no son la peor amenaza actual.