Elige bien a quienes te rodean: ¡Las emociones se contagian!

Por Javi Pacull @javipacull | Miércoles, 15 de Noviembre de 2017
Elige bien a quienes te rodean: ¡Las emociones se contagian!

¿Es posible pensar que las emociones se contagian como si fueran un cuadro infeccioso? Al parecer sí, porque así lo ha confirmado la investigación de Alison Hill, biofísica de la Universidad de Harvard, quien lleva tiempo analizando el tema.

La profesional investigó las emociones y llegó a la conclusión que no existe ninguna diferencia entre el contagio de estas y la forma en la que se expande una gripe entre las personas.

La gran responsable de que esto pase sería la empatía. Así como en la época primitiva los humanos percibían los peligros a través de cómo actuaban los otros, esta investigación ha permitido concluir que sucede lo mismo con las emociones pues tendemos a replicar el estado anímico de las personas que nos rodean.

Desgraciadamente para la humanidad, el contagio de las emociones negativas sería mucho más fuerte que el de las positivas. Mientras una persona feliz es capaz de irradiar un 10% de su alegría a sus cercanos, el porcentaje se eleva al 50% cuando se trata de tristeza.

El instinto jugaría un papel fundamental en todo esto. Para expresarlo de forma sencilla, esta sería la razón por la cual si una persona nos sonríe en la calle, le regalamos lo mismo en respuesta. Lo mismo si alguien nos frunce el ceño.

Si estás pensando que el problema se resuelve con eliminar a la gente pesada, triste o amargada de tu vida, te contamos que el asunto no es tan fácil, pues tenemos dos detractores. El primero es que no es tan fácil identificar quién es tan bueno o tan malo en nuestra vida y el segundo es que nuestra naturaleza nos dice que debemos ser capaces de leer las emociones negativas y saber controlarlas.

Lo mejor para manejar el tema del contagio emocional negativo es estar muy atento a quienes te rodean, tratar de identificar las situaciones que te pueden cambiar el humor del día y con quién asocias ese cambio. No se trata que comiences a eliminar personas como loca, sino de poner atención y mantener un equilibrio emocional.

Recuerda que si tú eres feliz, serás responsable de la felicidad de otro. Está en ti decidir qué emoción quieres repartir al mundo.

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