#AhoraSoyMamá: La importancia de la "nueva paternidad"

Por Gabriela Ulloa U. @ahora.soy.mama | Viernes, 3 de Noviembre de 2017
#AhoraSoyMamá: La importancia de la

Antiguamente el rol de los padres era más pasivo, al menos durante los primeros años. El embarazo, parto y crianza eran temas remitido a las mujeres, por tanto los hombres quedaban un poco excluidos. Actualmente -y por suerte- esto ha cambiado. Los hombres se han integrado más a vivir su paternidad no sólo como una ayuda, sino como una responsabilidad.

Se han fijado que a veces nosotras mismas las mujeres decimos "pude descansar un poco porque mi marido me ayudó a cuidar a nuestro hijo". Pero resulta que esa "ayuda" no es más que su responsabilidad. La misma que tenemos nosotras como madres. Por ello es importante estar consciente y como mujeres vivir nuestra maternidad, pero también dejar a los hombres vivir la paternidad. Incorporarlos y no excluiros. Porque aunque hay de todo en este mundo, como padres indiferentes o irresponsables, también existen aquellos que están total y absolutamente comprometidos, solo que a veces no saben cómo empezar o nosotras mismas no los dejamos. Porque las mujeres generalmente tenemos un instinto maternal desarrollado por lo que se nos hace todo un poco más fácil, pero los hombres puede que lo tengan menos desarrollado, lo que no quiere decir que no les interese "aprender".

La sociedad ha cambiado y sigue haciéndolo. Hace rato que el hombre no es visto como el único proveedor económico del hogar y la mujer la encargada afectiva de la vida familiar. Ahora los roles son compartidos y más equitativos. Por ello la crianza de los hijos es un tema de común acuerdo, más consciente y con responsabilidades compartidas.

En mi caso, tuvimos la maravillosa oportunidad de que mi marido nos acompañara durante un mes tras la llegada de nuestro primer hijo. Era pleno verano y él tenía vacaciones acumuladas, así es que es ningún momento dudó de tomarse todo ese tiempo para disfrutar en familia y aprender en conjunto nuestro nuevo rol de padres. Ese mes fue maravilloso, a pesar de todos los obstáculos que tuvimos que pasar, fue un tiempo de aprendizaje conjunto, de trabajo en equipo y sobre todo, de apoyo y contención mutua.

Claro está que el padre no puede suplir a la madre en algunas cosas como por ejemplo la lactancia materna, sin embargo puede integrarse a ese momento acompañando a la madre, ayudándola a sentirse cómoda, sacando los "chanchitos" al recién nacido o mudándolo después de cada toma. Asimismo, el hombre puede preocuparse de mantener el orden de la casa, proveer de alimentos o atender a las visitas. Tantas cosas cotidianas que durante la primera etapa de post parto se transforman en un caos, sobre todo para los primerizos. Todas estas cosas, además de "ayudar" a la mujer, generan un vínculo afectivo más fuerte entre el padre y su hijo. Se trabaja el apego, tan importante para el desarrollo de nuestros pequeños. Pero no basta con eso. Claro que el tiempo del puerperio es fundamental, ya que es ahí cuando las mujeres nos sentimos más confundidas, cansadas o sensibles. Pero la crianza sigue, nuestros hijos van creciendo y con ellos van llegando nuevas etapas y responsabilidades.

Padres y madres son vitales para el desarrollo de nuestros hijos. Cada uno aporta de una forma distinta y especial. Y es por ello que me encanta la llamada "nueva paternidad" que trae consigo a hombres más involucrados en la crianza de sus hijos. En todo nivel. Ya no se concentra en un padre autoritario que impone disciplina, sino que en un padre afectuoso que corrige desde el respeto y no teme mostrar sus emociones. Un padre que cambia pañales, baña y arrulla a sus hijos. Un hombre que cocina, ordena la casa y juega con ellos. Un hombre que comprende que su actuar es causa y efecto no solo para su vida, sino que para la vida de sus hijos. Y que mientras más presente esté, más vínculos generará con ellos, lo que construirá niños más sanos física y emocionalmente. Y seguro más felices. Además, de todos los beneficios para los padres e hijos, todas estas situaciones ayudan a que las mujeres podamos descansar un momento. En mi caso, tengo un marido que está muy comprometido con la crianza de nuestro hijo. Las tareas son totalmente compartidas y aunque seguramente cada uno cumple un rol distinto para nuestro pequeño, él sabe que cuenta con ambos en todo momento y para cualquiera de sus necesidades. Él disfruta de la presencia de su padre, se alegra al verlo llegar cada tarde del trabajo y disfruta los momentos que comparten juntos. Se van de paseo felices, mientras mamá se queda en casa haciendo nada. Disfrutando un momento de paz.

La invitación es a vivir en conjunto la maravillosa tarea de cuidar y educar a nuestros hijos. A los hombres a incorporarse sin miedos, ni vergüenza. A las mujeres, a dejar espacio para el desarrollo de ese lindo e importante vínculo. Sí, seguro que con el papá las reglas que para nosotras son inamovibles, para ellos son más flexibles. Que el desorden de la casa será similar al de una guerra y la ropa sucia o no combinada no importará para salir de paseo. Lo importante al final del día es que los niños están a salvo. Cansados de tantas aventuras, risas y juegos. Tanto, que caerán rendidos con una sonrisa en sus caras y con un recuerdo más para guardar por siempre en sus corazones. Porque así como "madre hay una sola", papá también.

 

Etiquetas :